La renuncia de la Viceprimera Ministra y Secretaria de Vivienda del Reino Unido, Angela Rayner, provocada por un escándalo relacionado con la evasión fiscal en la compra de una vivienda, ha generado un cambio estratégico a gran escala del gabinete del primer ministro Keir Starmer, para presentar una imagen renovada y alejada de cualquier controversia previa.
Tras la renuncia de la renuncia de Rayner, el Primer Ministro de Reino Unido procedió a cesar otros dos funcionarios que desempeñaban cargos de gobierno esenciales como Lucy Powell, representante gubernamental en la Cámara de los Comunes, y se ha reportado que también se despidió al ministro para Escocia, Ian Murray. El desafío que deberá solventar ahora Starmer es decidir quienes ocuparán los cargos vacantes.
La reorganización del gobierno
Starmer ha aprovechado la dimisión de la viceprimera ministra con el fin de realizar cambios que renueven la imagen pública de su gobierno, el cual ha sido constantemente criticado por no arrojar los resultados esperados en el sector económico del país. Las primeras víctimas de esta renovación fueron Ian Murray Lucy Powell, pero no se ha descartado que el primer ministro realice más despidos.
Entre los cambios realizados por Starmer se encuentra la designación de David Lammy, antiguo secretario de asuntos exteriores a la posición de Viceprimer Ministro y Secretario de Justicia. Otro de los movimientos realizados en el gobierno del Reino Unido por Starmer es la reasignación de Yvette Cooper del Ministerio del Interior, a secretaria de Asuntos Exteriores, cuyo puesto fue ocupado por Shabana Mahmood.
Además de esto, Starmer también asignó a Douglas Alexander, un viejo conocido como nuevo secretario de Escocia, en un intento por fortalecer los lazos con el país después de encuestas desfavorables con la administración actual. Otro cambio importante fue el traslado de Darren Jones, previamente Secretario Jefe del Primer Ministro, a Canciller del Ducado de Lancaster.
El escándalo tras la viceprimera ministra del Reino Unido
A lo largo del 2025, Angela Rayner, ex viceprimera ministra y miembro del Partido Laborista, fue objeto del escrutinio público debido a la compra de un apartamento en Hove, por la costa sur de Inglaterra, el cual estaba valorado en casi un millón de dólares. Rayner recibió acusaciones sobre un supuesto pago no realizado del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales por un valor de unas 40 mil libras.
Todo surge en 2023, cuando Rayner puso una parte de su casa familiar en un fideicomiso para su hijo. Debido a esto se establecía que la casa familiar era a efectos fiscales, la residencia principal de Rayner, por lo que, al comprar la propiedad en Hove, debió clasificarse como la segunda residencia de Rayner, lo que habría requerido un pago más alto de impuestos según las leyes del Reino Unido.
Según Rayner, no tenía conocimiento de estas consideraciones, afirmando que nunca tuvo la intención de evadir el pago de esos impuestos, atribuyendo la situación a la deficiente asesoría legal que recibió durante el proceso. Una vez que Rayner se enteró de la situación se ofreció voluntariamente a pagar el impuesto extra que no se le había notificado anteriormente.
Rayner actuó con integridad al renunciar
Tras meses de una gran presión mediática sobre ella y su familia, Rayner se dirigió al asesor independiente de ética ministerial de Reino Unido, Sir Laurie Magnus, el cual en su informe concluyó que Rayner actuó con integridad y compromiso al servicio público pero que, desde su ignorancia no cumplió con los estándares más altos que se requiere en el código ministerial.
Rayner destacó el hecho de que sus acciones no estuvieron a la altura de un Ministro del Reino Unido, sin embargo, en su carta también resaltó que la decisión de renunciar era completamente suya con el objetivo de proteger a sus hijos, ya que la incesante presión mediática era una carga pesada para su familia.
