A pesar del alto el fuego acordado entre Israel y Hamás, las organizaciones humanitarias temen que las restricciones impuestas en los cruces fronterizos frenen la llegada de alimentos, medicinas y combustible al eclave. Además, tras dos años de guerra y una crisis humanitaria sin precedentes, la Franja de Gaza se enfrenta al control militar y a la burocracia.
Preocupación de las organizaciones ante los bloqueos y retrasos
Diversas agencias internacionales, como el Programa Mundial de Alimentos (PMA), Médicos Sin Fronteras (MSF) y el Consejo Noruego para los Refugiados, informaron que están listas para ampliar sus operaciones en cuanto se autoricen los movimientos dentro del territorio.
Cabe mencionar que también alertan acerca de que los permisos y controles podrían retrasar la distribución desde la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) debido a que se confirmó que Israel aprobó la entrada de 170 000 toneladas de suministros, desde el pasado jueves el gobierno israelí aceptó el alto al fuego y desde ahí se espera mayor alivio, acompañadas de un plan operativo para los primeros 60 días de tregua.
«Pero hay urgencia por las necesidades más básicas en Gaza: equipos, médicos, medicamentos, alimentos, agua, combustible y refugios adecuados para dos millones de personas que tendrán que enfrentar el invierno sin un techo», advirtió Jacob Granger, portavoz de MSF, apuntando a que la infraestructura médica y sanitaria está al borde del colapso.
Hambruna y carencias tras meses de bloqueo en Gaza
La ONU declaró oficialmente la hambruna en Gaza en agosto pasado, luego de advertir que medio millón de personas se encontraban en una situación «catastrófica». Lo cierto es que los prolongados bloqueos y bombardeos dejaron destruidos hospitales, carreteras y acueductos, reduciendo al mínimo la capacidad de respuesta.
En los últimos días, las familias han expresado una mezcla de esperanza y desesperación; así es el caso de Marwan al Madhun que es un desplazado de 34 años, sobreviviente de un refugio del centro de Gaza, que indicó que al fin sus hijos «están felices de saber que volverán a comer carne y pollo».
Según el acuerdo de alto el fuego promovido por Estados Unidos, la entrada de ayuda humanitaria debería realizarse sin interferencias ni restricciones, pero, por ahora, los camiones siguen detenidos al otro lado de la frontera, a la espera de permisos. De momento, la tregua trae un cierto alivio temporal, pero el verdadero desafío recién comienza.
Miles de toneladas, aún sin destino por las restricciones, preocupan a Fowler
Desde Egipto y Jordania, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) mantiene almacenadas unas 6.000 cargas de ayuda humanitaria listas para partir hacia Gaza; por eso es que Fowler sostiene que la ayuda se encuentra desde hace meses en Egipto y Jordania, insistiendo en que ya es hora de que se puedan cargar y trasladar.
Hay que tener en cuenta que la entrada inmediata de estos camiones forma parte del acuerdo de tregua alcanzado el jueves, aunque hasta el momento no se ha concretado. Además, hay fuentes de seguridad israelíes que reconocieron que los 600 vehículos diarios estipulados todavía no han cruzado hacia el enclave. «Estaremos listos para llevar la ayuda lo antes posibles», reiteró Fowler.
Mientras tanto, la población espera entre ruinas, con servicios colapsados y escasez total de suministros básicos; entonces las restricciones de acceso impuestas por Israel amenazan con frustrar la distribución de ayuda que, de momento, es muy importante.
Por eso las organizaciones humanitarias advierten que esa ayuda podría quedarse detenida en los límites del territorio si no se levantan, teniendo en cuenta que Israel bombardeó Gaza y esto podría afectar las cosas. Con más de dos millones de personas dependiendo de esos envíos, cada día de demora puede significar vidas perdidas.