Robert Morris, quien fundó la Gateway Church en Southlake, Texas desde donde alcanzó una influencia importante, hasta conformar una Junta Asesora Ejecutiva Evangélica durante la campaña del presidente Donald Trump en el 2016, se ha visto involucrado en casos de abuso sexual. Un cargo que motivó su renuncia en junio de 2024, luego de que las denuncias fueran sostenidas desde la década de los 80.
La acusación llegó a inicios de este año
Aunque las denuncias tienen más de 4 décadas y su renuncia a la iglesia se hiciera efectiva en el 2024, fue a principios de este año 2025 que, un Gran Jurado de Oklahoma lo acusó formalmente de múltiples cargos por actos lascivos o indecentes con una menor de edad.
De acuerdo con la acusación, presentada el pasado 12 de marzo, Morris comenzó a cometer abusos sexuales desde 1982, en Hominy, en el estado de Oklahoma. En aquel momento, Morris contaba con 21 años de edad y en virtud de que era un evangelista itinerante, se hospedaba con la familia de la presunta víctima, quien tenía solo 12 años. El Gran Jurado, sostuvo en la acusación formal que durante esa Navidad inició la conducta sexual inapropiada de Morris que se prolongó durante un período de cuatro años.
Morris recibe sentencia suspendida y restitución a la víctima en Oklahoma
En vista de su declaración de culpabilidad, el ex pastor Robert Morris fue condenado a 10 años, de los cuales el primer semestre estará recluido en la cárcel del Condado de Osage. Adicionalmente, también deberá registrarse como agresor sexual y estará bajo la supervisión de las autoridades de Texas mediante un pacto interestatal.
Además, dentro de la sentencia se estableció su obligación de pagar todos los costes de su encarcelamiento, incluyendo gastos médicos, así como una restitución económica de 250 000 dólares a la víctima. La acusación fue presentada por la oficina del fiscal general del estado ante la jueza especial del distrito del condado de Osage, Cindy Pickerill. No obstante, el abogado de Morris, Mack Martin, no ha respondido comentarios.
La Gateway Church destituyó a Robert Morris tras hacerse pública la denuncia de abuso y, luego, despidió a cuatro ancianos de la iglesia luego que se demostró que tenían conocimiento previo de los abusos y no actuaron. Mientras tanto, Morris ha iniciado su propia acción legal en paralelo contra la iglesia, reclamando una compensación monetaria millonaria por supuestas irregularidades en la gestión de su salida, un caso que aún está en curso.
El poder de la verdad de Cindy Clemishire al confrontar a Robert Morris y la ruptura del silencio de las víctimas
Durante la audiencia del jueves, la víctima, Cindy Clemishire, se dirigió a Morris, afirmando que no existe consentimiento de una niña de 12 años y que su interacción fue un delito, no una relación inapropiada. Clemishire explicó que el abuso que sufrió desestabilizó cada aspecto de su vida, afectando a su familia y a sus futuras relaciones. Finalizó expresando su deseo de que Morris algún día pueda comprender la magnitud del daño que le causó.
El caso de Robert Morris ha tenido gran repercusión a escala nacional, tanto en la esfera pública como dentro de la comunidad religiosa. Específicamente, se ubicó como un precedente clave al demostrar la viabilidad de llevar ante la justicia delitos sexuales cometidos décadas atrás, un argumento fundamental para las organizaciones de sobrevivientes que luchan por eliminar los estatutos de limitación plazos legales para perseguir a los abusadores de menores.
La valentía de Cindy Clemishire, tuvo un profundo impacto en otras sobrevivientes, quienes declararon haberse animado a compartir sus propias historias al conocer su testimonio. Durante la audiencia, Clemishire marcó el comienzo de una etapa diferente para ella y para quienes la apoyaron. Finalmente, desafió directamente a su agresor con una poderosa declaración de empoderamiento:
«Robert, quiero que me vea de verdad: ya no soy la niña silenciada a la que usted abusó».
