En un esfuerzo apremiante por frenar la escalada bélica que ha provocado en las últimas dos semanas la muerte de al menos medio centenar de civiles, los Ministros de Relaciones Exteriores de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) celebraron una reunión especial hoy, lunes 22 de diciembre en Kuala Lumpur. Esta importante reunión diplomática supuso la primera luz de esperanza en el conflicto al abrir la posibilidad de un acuerdo entre Tailandia y Camboya para reanudar las negociaciones para dar un alto el fuego, acordando reunirse de nuevo el próximo 24 de diciembre.
Un resultado catastrófico: más de 50 civiles muertos y fronteras selladas
La diplomacia se apresura ante una realidad manchada de sangre. El conflicto fronterizo ha resurgido con ímpetu a partir del 7 de diciembre y la factura humana que ha traído consigo es muy alta. Los últimos informes oficiales hablan de 53 civiles muertos: 34 en el lado tailandés y 19 en el camboyano, entre ellos la muerte de un niño, reportado por la general Maly Socheata, portavoz del ejército de Camboya.
La violencia ha incluido bombardeos de artillería, incursiones transfronterizas y ataques aéreos, tal como se puede concluir a partir de las imágenes de edificios de zonas civiles destruidos en la ciudad camboyana de Poipet. Y además de bajas civiles, el Ejército tailandés ha confirmado una cifra de 19 militares muertos. La gravedad de los enfrentamientos ha llevado a Camboya al cierre de todos los pasos fronterizos, lo que ha provocado la interrupción del comercio y el desplazamiento de miles de personas que la ASEAN ahora reclama que puedan volver a casa «sin obstrucciones, con seguridad y dignidad».
La mediación de Anwar Ibrahim y el factor Trump
El comunicado final de la reunión delata que la diplomacia en campos distintos ha mantenido en secreto una intensa actividad. En el texto, los ministros no sólo reconocen el «papel proactivo» que le ha correspondido al Primer Ministro malayo, Anwar Ibrahim, como presidente de la ASEAN, sino que también menciona la aportación del presidente de los Estados Unidos de América, Donald J. Trump y la de la República Popular China para promover una resolución pacífica.
El documento pone de manifiesto la disposición de los primeros ministros Hun Manet (Camboya) y Anutin Charnvirakul (Tailandia) para trabajar en la línea de la presidencia de la ASEAN para evitar malentendidos. La organización reafirmó su especificidad y su centralidad en el conflicto, desplegó al Equipo de Observadores de la ASEAN (AOT) para que estuviese en la región y para exigir que se acordase el cumplimiento de los acuerdos firmados en julio y en octubre de este año por los primeros ministros que han sido vulnerados por la última vuelta de hostilidades.
El 24 de diciembre: día clave para la paz
Pese a que la tensión aún está presente, la cumbre de Kuala Lumpur ha marcado una hoja de ruta inmediata. El punto 9 del comunicado oficial dice que el Comité General de Fronteras (GBC) se reunirá el 24 de diciembre de 2025 para tratar de «la aplicación y la verificación del alto el fuego».
Sihasak Phuangketkeow, Ministro de Relaciones Exteriores de Tailandia, ha llegado a decir a la prensa que Tailandia prefiere tratar las delicadas cuestiones a través de canales bilaterales, lo que constituye una clara intención por recuperar la confianza mutua sin internacionalizar demasiado el conflicto, aunque bajo la atenta mirada de sus socios regionales.
La ASEAN también ha pedido reavivar la cooperación en el desminado humanitario, un tema sin resolver desde que la frontera se ha vuelto a convertir en escenario de guerra. La cumbre de emergencia en Malasia ha encontrado una forma de romper con la inercia del silencio diplomático. El anuncio de una mesa de negociaciones para la noche de la Navidad hace que la región contenga el aliento.