En Irán, las autoridades judiciales dieron a conocer este miércoles la ejecución de tres hombres que fueron apuntados por supuesta colaboración con el Mossad, servicio de inteligencia de Israel. Según medios estatales, se trataba de un intento de meter materiales destinados a perpetrar asesinatos en suelo iraní.
A través de un comunicado oficial, se dio a conocer que los sentenciados fueron capturados tras investigaciones que los vinculan con operaciones clandestinas en nombre de “un régimen extranjero hostil”, por eso se determinó que se cumpla la pena máxima establecida en el Código Penal Islámico, que establece ejecución por ahorcamiento.
Para ponernos en contexto, esta es una práctica que en Teherán no es inusual, porque el gobierno iraní suele divulgar los procesos judiciales relacionados con el espionaje, sobre todo cuando involucran a actores externos como el Mossad o agencias occidentales.
¿Quiénes son estos tres hombres ejecutados y por qué?
Los hombres que fueron ejecutados estaban identificados como Idris Ali, Azad Shojai y Rasul Ahmad Rasul fueron condenados por colaborar con el Mossad, según reveló el Poder Judicial de Irán. Para el gobierno, estas personas representaban una amenaza para el pueblo iraní.
Lo cierto es que el plan de ahorcamiento se llevó a cabo en la ciudad de Urmia, que se encuentra al noroeste del país, cerca de la frontera con Turquía. Tras el hecho, algunas fotografías de los condenados fueron difundidas por medios estatales, pero no se dieron detalles del proceso judicial o la fecha de su detención.
Lo llamativo es que esto sucedió, apenas un día después de que entrara en vigencia la tregua temporal entre Irán e Israel, luego de 12 días de bombardeos y escalada militar, pero al hablar de operaciones encubiertas, esto daría un marco amplio para esta ejecución.
En Irán, el ahorcamiento es uno de los métodos legales de ejecución
Si bien para el lado de Occidente esto nos resulta extraño, lo que hicieron las autoridades judiciales de Irán está contemplado por la legislación nacional bajo múltiples cargos, entre ellos los delitos graves clasificados como “corrupción en la Tierra” que pueden ser desde homicidios hasta actividades políticas consideradas subversivas.
Asimismo, el Código Penal Islámico que se encuentra vigente desde 1991, fue reformado en 2013, permite la pena capital bajo la sharía en tres categorías: castigos obligatorios (hudud), retribución (qisas) y sanciones discrecionales (ta’zir).
Bajo este aspecto, la ejecución puede realizarse en público o en privado, a criterio del tribunal y del tipo de delito, pero las autoridades no especificaron si hubo participación del público en el acto ni si hubo posibilidades de apelación para los condenados.
Irán es el segundo país del mundo en número de ejecuciones: qué dicen las organizaciones
Algunas Organizaciones de derechos humanos expresaron su preocupación por el uso sistemático de la pena capital en Irán, sobre todo cuando se aplica por cargos imprecisos o tras procesos sin garantías legales adecuadas. También, Amnistía Internacional indicó que muchas ejecuciones se producen sin transparencia ni derecho a una defensa justa.
Cabe mencionar que, antes de ejecutar a los tres hombres ya mencionados, ocurrió lo mismo con dos personas acusadas de colaborar con el Mossad, esto según observaciones internacionales sería un intento del régimen por demostrar control interno frente a amenazas externas percibidas.
Un dato no menor es que, solo China supera a Irán en ser el país con mayor número de ejecuciones, el informe de Irán Human Rights de 2024, indica que más de la mitad de las sentencias de muerte aplicadas fueron por delitos no violentos, como tráfico de drogas o colaboración con entidades extranjeras. A pesar de las críticas, las autoridades iraníes defienden estas ejecuciones como parte de su soberanía legal.