Ya casi termina el año, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que su país llevó a cabo una operación militar contra instalaciones vinculadas al narcotráfico en Venezuela, incluyendo un ataque en un puerto de carga, dejando en claro que, si bien la declaración fue realizada en distintos escenarios públicos, se produce en un contexto de fuerte presión política, un poco también por las apariciones de María Corina Machado en público y Edmundo González y su repudio al hecho de que existan presos políticos, dejando en claro que es un momento sensible para el gobierno de Nicolás Maduro.
Contexto del anuncio y las declaraciones oficiales
Trump anuncia intervención en puertos de Venezuela sin que, hasta ahora, exista confirmación oficial independiente sobre el alcance real de la acción, pero también hizo referencia por primera vez a la supuesta operación el 26 de diciembre, durante una conversación telefónica con el empresario John Catsimatidis, dueño de la emisora WABC.
Según relató, Estados Unidos habría destruido una instalación utilizada para cargar droga en embarcaciones que salían desde Venezuela hacia el Caribe. «Tienen una gran planta, unas instalaciones grandes de las que salen los barcos, y hace dos noches las destruimos», afirmó el mandatario en esa entrevista radial sin precisar ubicación ni unidad militar involucrada; luego agregó que hubo «una gran explosión en el muelle» y que esa zona «ya no existe».
Entonces, días después, el líder estadounidense volvió sobre el tema en una breve rueda de prensa realizada en Palm Beach, Florida, durante un encuentro con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en donde se tomó el trabajo de indicar que el ataque no se limitó a barcos en altamar, sino que alcanzó infraestructura en tierra venezolana, aunque evitó confirmar si la operación fue ejecutada por el Ejército o por la CIA.
Operaciones en curso: bloqueo naval y campaña antidrogas
Desde hace un tiempo, la Casa Blanca determinó llevar a cabo una estrategia más agresiva con respecto a la zona del Caribe y el petróleo, pero en diciembre, Estados Unidos desplegó una fuerza naval reforzada bajo la denominada Operación Lanza del Sur, con el portaaviones Gerald R. Ford como buque insignia; todo con el objetivo declarado de interceptar embarcaciones sospechadas de transportar droga.
Lo cierto es que Trump sostiene que, como resultado de estas acciones, el tráfico de estupefacientes hacia Estados Unidos se redujo en un «97,2%», aunque no presentó datos verificables que respalden esa cifra, pero también afirmó que cada barco destruido «salva 25 000 vidas estadounidenses», una estimación que no fue validada por agencias federales.
Por otro lado, la Casa Blanca ordenó un bloqueo «total y completo» de buques petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela, lo que sí, esta medida afecta directamente a la principal fuente de ingresos del gobierno de Maduro y refuerza la presión económica en el marco de la relación bilateral.
La administración de Trump busca justificar operaciones
Hasta el momento, ni el Departamento de Defensa, ni la CIA ni la Casa Blanca emitieron comunicados oficiales confirmando el supuesto ataque en territorio venezolano. Además, el New York Times citó a fuentes gubernamentales que reconocieron que Trump se refería a Venezuela, pero se negaron a aportar detalles operativos.
Del lado venezolano, el gobierno de Maduro tampoco informó sobre bombardeos o daños en puertos del país, demostrando que el silencio oficial alimenta dudas sobre si se trató de una acción encubierta, un ataque de alcance limitado o una declaración con fines políticos internos en Estados Unidos.
Ante eso, expertos en derecho internacional advierten que una intervención militar directa en puertos de Venezuela podría escalar el conflicto regional, pero la designación previa del llamado Cartel de los Soles como organización terrorista por parte de Washington amplía el margen legal que la administración Trump utiliza para justificar operaciones contra supuestas redes de narcotráfico; por eso, la falta de confirmación oficial mantiene abiertas las dudas sobre el verdadero alcance de la operación.