En un nuevo intento para establecer condiciones y acuerdos para gestionar el fin de la guerra, el presidente de estadounidense, Donald Trump, realiza los preparativos para reunirse con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, en su residencia de Florida, Mar-a-Lago. Un encuentro que habría sido anunciado por el propio presidente de Ucrania y confirmado por la Casa Blanca en medio de los contactos diplomáticos de Kiev durante los últimos días.
Trump agita el tablero político con una llamada a Putin, que marca el preámbulo de su cumbre con Zelenski
El mandatario estadounidense, habría mantenido una conversación telefónica con el líder ruso, Vladimir Putin, apenas unas horas antes de recibir al presidente ucraniano. Trump, utilizó su plataforma Truth Social para calificar el intercambio con su característico tono directo como bueno y muy productivo.
La llamada, que habría ocurrido a tempranas horas de este domingo, rompe el protocolo tradicional de reuniones diplomáticas, ya que los mediadores suelen evitar el contacto directo con la otra parte justo antes de una reunión bilateral de alto nivel. Habiendo anunciado su llamada con el presidente ruso, Trump parece mandar un mensaje clave, en el que él es el eje central de esta negociación y mantiene líneas abiertas con ambos bandos.
A pesar de que la Casa Blanca no ha emitido detalles oficiales, fuentes cercanas sugieren que la conversación giró en torno a las líneas rojas del Kremlin y la disposición real de Moscú para detener las hostilidades. Cabe destacar que estas condiciones se mantienen aún cuando el conflicto se acerca al cuarto año de haber iniciado.
Ucrania a la expectativa por las peticiones de Trump
Mientras tanto, la situación en Florida genera alta tensión y expectativa, Volodimir Zelenski ha aterrizado en Estados Unidos portando un «plan de paz revisado», que supuestamente cuenta también con el respaldo de los principales líderes europeos. Dicho plan, es un documento de 20 puntos importante para guiar el conflicto entre Ucrania y Rusia hacia la paz duradera, elaborado con la mediación de negociadores estadounidenses y ucranianos.
El documento, podría contener una de las concesiones más dolorosas que Ucrania haya considerado hasta la fecha, la creación de zonas de amortiguamiento desmilitarizadas y un posible alto al fuego a lo largo de las actuales líneas del frente. Sin embargo, podría negarse a renunciar oficialmente a la soberanía de sus territorios ocupados, un punto planteado por Washington en resoluciones anteriores.
El mensaje desde el frente ruso
La realidad en las líneas de batalla, continúa siendo sombría, a pesar de los intentos por imponer la paz. Tan solo unas horas antes de que Trump descolgara su teléfono para hablar con Moscú, una nueva oleada de misiles y drones fue lanzada por militares rusos sobre Kiev y otras ciudades ucranianas.
En una muestra de que Rusia está negociando desde una posición dominante y que mantiene su maquinaria bélica a pleno rendimiento, Putin visitó personalmente una instalación militar el sábado. La visita, fue a un búnker cuya ubicación exacta se mantiene bajo estricto secreto, pero se conoce que desde allí es donde se coordina la invasión en Ucrania.
Las presiones solo aumentan para el gobierno ucraniano atacado por la guerra
Es así, como Zelenski se enfrenta a un constante desafío diplomático que solo incrementa durante su mandato. Su llegada a la mesa se efectúa con un Trump con prisas por cerrar un acuerdo que valide su política exterior de «Estados Unidos Primero», revalidando también así su autoproclamación como el presidente de la paz.
Los expertos señalan que la llamada de Trump a Putin antes de la cumbre es una táctica de presión clásica del magnate. Al mantener primero conversaciones con el mandatario ruso, Trump se posiciona en la reunión con Zelenski no solo como un aliado de Ucrania, sino como un intermediario el cual sabe lo que Putin quiere y sabe lo que Putin aceptará. Esto, presiona al presidente ucraniano a confiar en la interpretación de Trump sobres las palabras de Putin