Los ataques rusos se concentraron en las regiones de Dnipropetrovsk y Odesa, causando serios daños a la infraestructura civil y las zonas residenciales y dejando un total de, al menos, 6 personas fallecidas, entre las que se contabilizaron dos menores de edad.
Noche bajo fuego
Durante la noche del sábado y la madrugada del domingo, la Fuerza Aérea de Ucrania detectó una considerable ofensiva de Rusia que incluyó el lanzamiento de dos misiles balísticos modelo Iskander-M y 79 drones, de los que fueron derribados 67 sin llegar a impactar en su objetivo.
Según el último informe oficial realizado por las autoridades ucranianas, los ataques dejaron un saldo de seis civiles muertos, entre los que se contabilizaron dos menores de edad, en distintas regiones del país.
Los reportes difundidos por las autoridades militares ucranianas determinaron que los drones, entre los que se identificaron al menos 50 kamikazes modelo Shahed y otros tantos no tripulados tipo Gerbera, habrían sido desplegados desde las bases rusas ubicadas en los territorios de Kursk, Milérovo, Oriol y Primorsko-Ajtarsk.
Los sistemas de defensa antiaérea fueron capaces de derribar buena parte de los vehículos aéreos rusos utilizados en los ataques de la noche pasada. Se vieron caer fragmentos de drones en el norte, sur y este de Ucrania.
Los ataques nocturnos
El comunicado oficial publicado por las autoridades ucranianas afirma que se dio la alerta por «el impacto de un misil balístico y de 12 drones de ataque en seis emplazamientos, así como la caída de fragmentos derribados en dos emplazamientos».
El canal oficial de Telegram de la Fiscalía General del Estado de Ucrania informó que se registraron víctimas fatales en las regiones de Dnipropetrovsk y Odesa, las más afectadas por los ataques de anoche. En Pishchanski (una pequeña localidad de Dnipropetrovsk), un misil y un dron estallaron contra una tienda local durante la noche del sábado.
Como resultado, siete edificios residenciales sufrieron daños y la pequeña tienda quedó completamente destruida. Efectivos del Servicio de Emergencia ucraniano informaron que los equipos de bomberos seguían combatiendo los incendios, mientras los efectivos de seguridad conseguían información sobre las consecuencias de la última ofensiva rusa.
El reporte divulgado afirma que las tropas rusas llevaron a cabo 753 ataques en 18 localidades de la región de Zaporiyia. Las fuerzas ucranianas registraron destrozos provocados por 496 drones de distintos modelos (principalmente FPV) y se efectuaron siete bombardeos con lanzacohetes múltiples (MLRS) que cayeron sobre Zaporiyia y otras localidades cercanas del óblast.
A la ofensiva se sumaron 242 ataques con artillería. En total, se recibieron 37 reportes de daños a viviendas civiles, instalaciones de infraestructura y vehículos en las zonas atacadas.
El contraataque ucraniano
Por su parte, las autoridades rusas informaron que un bombardeo con drones ucranianos cayó sobre el puerto de Tuapse, en la localidad rusa de Krasnodar, generando varios incendios en instalaciones petroleras y un buque cisterna.
Fue el segundo ataque ucraniano a infraestructura carburífera rusa que tuvo un notable éxito en las últimas 48 horas. Previamente, los servicios de inteligencia ucranianos reivindicaron y se adjudicaron un ataque que, según los informes de Kiev, habría dejado sin funcionamiento el oleoducto circular que rodea la región de Moscú.
La Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa (GUR) de Ucrania compartió en sus redes sociales un fragmento de video en el que se puede apreciar una explosión y aseguró que los «tres hilos» de una «importante instalación militar» rusa fueron destruidos.
La publicación fue acompañada por la siguiente explicación: «El 31 de octubre de 2025, como resultado de una operación especial del Ministerio de Defensa ucraniano, fue inutilizado el oleoducto circular que abastece de recursos al Ejército ocupador ruso para sostener una campaña contra el pueblo ucraniano«.