Hoy, 25 de diciembre al mediodía, el Papa León XIV se pronunció desde el balcón central de la histórica Basílica de San Pedro, realizando la tradicional bendición Urbi et Orbi. Fue la primera bendición de este tipo en su pontificado, luego de celebrar la misa de Navidad a las 10:00 horas, algo que no realizaba ningún papa desde 1994. Además, pidió por la paz en distintas regiones del mundo.
Primer Urbi et Orbi de su pontificado: «La Navidad del Señor es la Navidad de la Paz»
En su primer mensaje de Urbi et Orbi, luego de celebrar la misa de Navidad en la Basílica de San Pedro (una práctica que no se realizaba desde el pontificado de San Juan Pablo II), el Papa León XIV invitó a las personas a reflexionar sobre el verdadero significado de la Navidad desde el balcón de dicha Basílica y ante 26 000 fieles congregados en la Plaza de San Pedro. La bendición ocurrió a las 12:00 horas, y es un mensaje dirigido «a la ciudad de Roma y al mundo».
En él, recalcó la importancia de la responsabilidad como camino a la paz. Su mensaje condensó la idea de la paz como resultado de la responsabilidad humana y no un regalo divino: «si cada uno de nosotros, a todos los niveles, en lugar de acusar a los demás, reconociera ante todo sus propias faltas y pidiera perdón a Dios, y al mismo tiempo se pusiera en el lugar de quienes sufren, fuera solidario con los más débiles y oprimidos, entonces el mundo cambiaría».
Un repaso de los principales conflictos que asedian el mundo: Gaza, Ucrania, África y América Latina
En su mensaje, insistiendo con el tema central de la primera bendición Urbi et Orbi de su papado, realizó un recorrido global por las zonas del mundo donde hay conflictos armados, manifestando sus preocupaciones y pronunciando una reflexión particular para cada una:
Abrió la sección con un mensaje especial para Medio Oriente, recordando su primer viaje apostólico de noviembre de 2025: «deseo enviar un saludo efusivo y paternal a todos los cristianos que viven en Medio Oriente», empezó diciendo, «he escuchado sus temores y conozco bien su sentimiento de impotencia ante las dinámicas de poder que los superan». Además, realizó un llamado de «paz y estabilidad para el Líbano, Palestina, Israel y Siria».
También hizo énfasis en Ucrania, pidiendo que se orara para que «cese el estruendo de las armas y las partes implicadas, con el apoyo de la comunidad internacional, encuentren el valor para dialogar de manera sincera, directa y respetuosa». Días antes había manifestado su tristeza porque Rusia rechazara su petición de una tregua navideña por 24 horas.
Luego señaló que hay conflictos que el mundo olvida, como los de África, y dijo que recuerda «de manera especial a los hermanos y hermanas de Sudán, Sudán del Sur, Malí, Burkina Faso y la República Democrática del Congo». También se dirigió a Haití y América Latina, para que «el Niño Jesús inspire a quienes tienen responsabilidades políticas en América Latina» y concluyó: para que «se le dé espacio al diálogo por el bien común y no a las exclusiones ideológicas y partidistas».
Algo particular, además, fue que el Papa León XIV cerró su Urbi et Orbi con una cita del poeta israelí Yehuda Amichai, la cual define a la paz de forma realista, no como un tratado formal ni una utopía, sino «(la paz) del corazón cuando se acaba la agitación/y hablamos de un gran cansancio./Que sea/como flores silvestres,/de repente, por necesidad del campo:/una paz silvestre».
Así concluyó su primera bendición Urbi et Orbi de su pontificado, dirigiéndose a los casi 26 000 fieles congregados en San Pedro, versando sobre la paz en el mundo y enviando un mensaje sobre la responsabilidad de las personas para alcanzar dicha paz.
