Las negociaciones de Ginebra entre Ucrania, Estados Unidos y socios europeos dejaron un giro inesperado en el proceso para avanzar hacia un posible acuerdo de paz. En su mensaje diario, el presidente Volodímir Zelensky explicó que la cita permitió redefinir varios elementos del documento que se discute desde hace semanas; por eso describió la jornada como larga, intensa y marcada por un análisis muy detallado de cada propuesta. Y adelantó que el escenario posterior a la reunión quedó diferente al que se tenía antes de viajar a Suiza.
Un borrador más corto y con ajustes profundos para Zelensky
Zelensky reveló que la reunión produjo un efecto inmediato: el borrador del plan de paz quedó reducido y reorganizado, pero hasta antes de la cita, el documento incluía 28 puntos, pero ahora, como él señaló, «ya no 28», y varios elementos considerados «correctos» fueron incorporados, pero la arquitectura del plan impulsado por la Casa Blanca cambió en Ginebra.
Cabe mencionar que el líder ucraniano dijo que su delegación trabajó casi todo el día revisando cada apartado junto a representantes estadounidenses y europeos; todo esto con el objetivo, explicó, de dejar un marco más realista y alineado con las propiedades de Kiev, desde donde pidieron alcanzar un acuerdo que ponga fin al conflicto. «Nuestro equipo ha informado sobre el nuevo borrador de pasos y este es realmente el enfoque correcto», afirmó.
Pese al avance, Zelensky anticipó que los temas más delicados están reservados para una conversación directa con Donald Trump; entonces, ese diálogo, previsto para los próximos días, será importante para determinar si el nuevo borrador puede convertirse en una base realista para una negociación futura con Rusia.
La importancia de la soberanía, seguridad y presiones externas
Durante su mensaje, el presidente ucraniano insistió en que el documento final debe blindar tres ejes claves: protección territorial, cese de ataques y respeto absoluto a la soberanía nacional, siendo que no se difundieron los puntos eliminados.
Asimismo, los diplomáticos citados por medios internacionales atribuyen los cambios a un esfuerzo coordinado para evitar concesiones que comprometan la posición ucraniana. Lo cierto es que ese trabajo se da mientras que Zelensky advirtió que Rusia intenta descarrilar cualquier avance propagando desinformación, intimidando a la población y alimentando conflictos internos.
«Podemos ver quién se esfuerza realmente por debilitar nuestra posición», señaló, y agregó que el gobierno está respondiendo a cada intento de sabotaje. Desde Moscú, la reacción indicó que el nuevo borrador es «inaceptable», según autoridades rusas, debido a que el Kremlin insiste en garantías de seguridad a largo plazo y en el reconocimiento de los territorios ocupados, condiciones que Kiev rechaza por considerarlas incompatibles con su integridad nacional.
Estados Unidos, presión interna y el rol de Europa
En este caso, desde Estados Unidos salió a defender el rol de Trump ante críticas tanto de republicanos como de demócratas, quienes acusan al presidente de acercar demasiado la propuesta hacia intereses rusos porque su portavoz Karoline Leavitt respondió que la idea de un trato desigual «es una falacia absoluta» y aseguró que el norteamericano mantiene una postura «esperanzada y optimista» respecto a un posible acuerdo.
Lo que hay que tener en cuenta es que en el viejo continente también desempeñó un papel notable en Suiza; negociadores del bloque respaldaron a Kiev en la eliminación de puntos considerados problemáticos y ayudaron a perfilar un documento más acorde con las líneas rojas ucranianas.
Asimismo, esos apoyos, señaló el líder ucraniano, son importantes para sostener una presión internacional que reduzca la capacidad de Moscú de condicionar el proceso. Mientras tanto, Ucrania pidió a su población mantener atención máxima ante alertas antiaéreas, pero en momentos de negociación, recordó Zelensky, Rusia podría intentar ataques sorpresa para influir en el clima político interno y externo, teniendo en claro que lograr un documento final aceptable será un desafío mayor pese a la paz que promueve Trump.
