Algunas personas se preguntan por qué utilizamos durante unas pocas horas materiales que luego tiramos a la basura y tardan cientos de años en descomponerse. Son quienes se animaron a dar vida a desarrollos que pretenden reemplazar al plástico PET, por ejemplo, como un envase de botella fabricado a base de algas en Islandia, o una bolsa comestible y biodegradable creada en Londres.
En el plano de los clásicos ‘vasos descartables’ de plástico que usamos para fiestas y otro tipo de eventos, las emprendedoras estadounidenses Chelsea Briganti y Leigh Ann Tucker combinaron su preocupación por el medioambiente y su pasión por el diseño para crear vasos biodegradables y comestibles, con la propuesta de un producto interesante que no es tóxico ni para la salud ni para el medioambiente.
Loliware es el nombre de estos vasos cuyo diseño está inspirado en el vaso típico de fiesta y también en los relieves típicos de las copas de cristal vintage. Son producidos con algas marinas, edulcorantes naturales, frutas y verduras. Libres de gluten y libres de gelatina, pueden encontrarse en diversos sabores: cereza, cítrico, té verde, vainilla y sabor neutro, ideales para combinar con un cóctel, aperitivo, postre, agua o cualquier tipo de bebida.
Por supuesto, no es una obligación comer el vaso una vez que se terminó la bebida, esto es solo una opción. Lo importante es que son amigables con el medioambiente por más que sean deshechados, ya que son 100% biodegradables.
El precio actual de este producto es de 14.99 dólares, que equivale a un pack de 4 vasos. Puede conseguirse en nueva York o a través de internet.
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El Federal