A nivel global, Estados Unidos se distingue por tener costes significativamente más altos en medicamentos de prescripción en relación con otras naciones desarrolladas en el mundo. Esta marcada diferencia en los costes establecidos por las farmacéuticas ha persistido como una fuente de gran preocupación tanto para los formuladores de políticas como para el público en general.
En ese sentido, dos órdenes ejecutivas principales de Donald Trump fueron realizadas dentro del último mes destinadas a reducir los precios de los medicamentos, para así lograr similitudes con los costos que tienen países con economías similares. La más reciente fue emitida este 12 de mayo de 2025 y se titula “Entrega de precios de medicamentos de nación más favorecida a pacientes estadounidenses”.
Las órdenes emitidas por Trump para reducir los precios en las farmacéuticas y sus detalles
La orden establece un plazo perentorio de 30 días para que los fabricantes de medicamentos reduzcan voluntariamente sus precios a los niveles trazados por la política de Nación Más Favorable (MFN, por sus siglas en inglés). En caso de que los fabricantes no cumplan con este requisito, se ordena al Secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS) que proponga las normas necesarias para imponer la fijación de precios de MFN.
Existe otra directiva, publicada previamente el 15 de abril de 2025, bajo el nombre de “Bajar los precios de los medicamentos poniendo a los estadounidenses primero una vez más”, cuyo enfoque es más amplio, ya que incluye temas como la rendición de cuentas de los gestores de beneficios farmacéuticos y la regulación de costos en Medicare y Medicaid, así como la comercialización de fármacos importados.
Una orden de Trump que puede también ser bloqueada
Existe la posibilidad de que estas órdenes enfrenten desafíos legales frente a las industrias farmacéuticas, ya que este intento no es el primero, una orden similar en 2020 ya fue bloqueada por los tribunales. Por un lado, las compañías farmacéuticas han manifestado su desacuerdo, mientras que las organizaciones que abogan por los pacientes han mostrado una inclinación general hacia las medidas que buscan abaratar los costes de los medicamentos.
El objetivo declarado por el presidente Trump es corregir la disparidad en los precios de los medicamentos, donde los estadounidenses pagan significativamente más que en otros países, lo que él considera una injusticia que obliga a Estados Unidos a subsidiar la atención médica de otras naciones y las ganancias de las farmacéuticas, causando daños a la economía y la salud del país.
La administración Trump ha proyectado que la orden ejecutiva podría generar reducciones sustanciales en los precios de los medicamentos, con estimaciones que oscilan entre el 30% y el 90% de disminución. A pesar de esto, los especialistas del sector y los analistas de políticas han destacado la complejidad inherente al sistema de fijación de precios de los medicamentos en Estados Unidos.
Reacciones por partes de la industria
El desacuerdo de la industria se ha expresado a través de la organización representante de la farmacéutica Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA). Argumentan que esta medida podría ser perjudicial para los pacientes estadounidenses y tendría un impacto negativo en la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos médicos.
La organización sostiene que la imposición de precios más bajos reducirá la rentabilidad de las compañías farmacéuticas, lo que a su vez conducirá a una disminución de la inversión en la investigación de tratamientos y curas innovadores. Además, ha argumentado que la razón principal de los altos precios es que otros países no están pagando su parte justa y que los intermediarios están elevando los precios.
Algunos expertos también han sugerido que las compañías farmacéuticas podrían intentar mitigar cualquier pérdida potencial de ingresos en el mercado estadounidense aumentando los precios de sus medicamentos en otros países, lo que podría tener implicaciones para la asequibilidad de los medicamentos a nivel mundial. No obstante, las farmacéuticas se muestran en contra de cualquier disminución que afecte su nivel de ingresos.