El fuego cruzado entre India y Pakistán volvió a escalar, sobre todo en la región fronteriza de Cachemira, donde las hostilidades no cesan desde el atentado del 22 de abril en Pahalgam. Sin embargo, lo que comenzó como un supuesto acto terrorista en una zona turística desencadenó en violencia que no se veía desde hace dos décadas.
El pasado jueves se registraron nuevos intercambios de disparos a lo largo de la Línea de Control, apenas un día después de una jornada considerada como la más sangrienta entre ambas potencias nucleares en 20 años, en donde indican los últimos informes indican al menos 44 muertos civiles, 31 en Pakistán y 13 en India.
Además, Nueva Delhi confirmó la muerte de un soldado bajo fuego enemigo, el gobierno indio respondió al atentado del 22 de abril, siendo atribuido al grupo yihadista Lashkar e Taiba, con ataques aéreos que, según sus autoridades, destruyeron nueve instalaciones terroristas en territorio pakistaní.
Ataque con drones indios que mantienen el fuego cruzado
Luego de los ataques aéreos de India, Pakistán con su ejército denunció bombardeos sobre zonas civiles y respondió con sus disparos en la frontera, reportando el derribo de 25 drones indios, acusando a Nueva Delhi de haber enviado estos dispositivos a múltiples puntos estratégicos, junto a un ataque contra un objetivo militar en Lahore.
Por el lado del Ministerio de Defensa de India se confirmó que Pakistán intentó un ataque nocturno con misiles y drones, lo que generó una respuesta inmediata por parte de sus fuerzas armadas, que afirmaron haber neutralizado un sistema de defensa aérea en Lahore siendo considerada la represalia “proporcional y del mismo alcance”.
Cabe mencionar que fuentes militares, sostuvieron que los disparos pakistaníes sobre territorio indio aumentaron, empleando morteros y artillería pesada, con resultados de al menos 16 muertes del lado indio desde el inicio de esta nueva escalada, incluidos tres mujeres y cinco niños.
La región más afectada es en mayoría musulmana
Cachemira, una región que es de mayoría musulmana, también sigue siendo un punto de fricción desde la partición del subcontinente indio en 1947, pero tanto India como Pakistán reclaman la totalidad del territorio, aunque cada uno administra una parte por la presencia de grupos insurgentes que buscan la independencia o la anexión a Pakistán.
Desde Nueva Delhi acusa de manera regular a Islamabad de respaldar a estos grupos armados, pero en el caso Pahalgam, responsabilizó al grupo Lashkar-e-Taiba, con sede pakistaní y catalogado como organización terrorista por la ONU.
Por el lado de Islamabad, negaron cualquier implicación pidiendo una investigación internacional, la respuesta militar India fue rápida, pero también elevó los riesgos de una confrontación abierta entre dos países con armas nucleares.
Las expresiones de Europa, ONU y Donald Trump
En este sentido, con múltiples gobiernos y organismos hicieron llamados urgentes a la contención, el secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación a través de sus portavoz, quien advirtió que una guerra entre India y Pakistán tendría consecuencias a nivel mundial.
Asimismo, el presidente estadounidense, Donald Trump se sumó a los pedidos para cesar las hostilidades que hizo que el republicano indique desde Casa Blanca, es que no quiere que estos conflicto continúen. Además, países como Reino Unido, Francia, Rusia y la Unión Europea emitieron comunicados pidiendo el diálogo entre las partes.
También, Irán, inició contactos diplomáticos con ambas naciones a través de su canciller tiene previsto reunirse con su homólogo indio, luego de haber visitado Islamabad (el motivo por el que la ONU se ofrece a mediar). En este caso, Teherán busca desempeñar un rol de mediador ante la falta de canales efectivos de comunicación directa entre los gobiernos de Modi y Sharif.