Peces muertos en el río Paraná: ¿cambio climático o agrotóxicos?

Cientos de peces fueron encontrados muertos en el Paraná, en la zona que va desde el Chaco hasta el norte de Santa Fe. Desde el Ministerio de Ambiente aseguran que el fenómeno es debido a la falta de oxígeno y las crecidas de los ríos, pero los lugareños sospechan que el agua está contaminada por la gran cantidad de agrotóxicos que provienen de la fumigación de los campos y los especialistas lo confirman.

Miles y miles de Morenas, rayas,  Patíes, Surubíes, Manduvíes, Mojarras, Pacúes y Sábalos, aparecen muertos por envenenamiento desde hace días:

El gobierno de Santa Fe, elaboró un informe sobre la mortandad de peces en ríos de la provincia. El mismo señala que las altas temperaturas, acompañadas de una repentina crecida del caudal de agua, están provocando una disminución en los niveles de oxígeno. El documento advierte que la reciente crecida arrastró la materia orgánica de lagunas, que sumada a las altas temperaturas y al entrar esta en descomposición, disminuyeron aún más los niveles de oxígeno.

El director de la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal), Eduardo Elizalde, informó que está totalmente desaconsejado el consumo de ejemplares, muertos o moribundos en estas circunstancias, ya que los peces se descomponen rápidamente y podrían representar un grave riesgo para la salud.

Qué dicen los lugareños y los especialistas

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“La contaminación viene de arriba, estamos viendo si es de Asunción, aunque hay muchas posibilidades de que sea de la estancia Emilia, que compraron unos brasileros e hicieron 9 mil hectáreas de arroz, fumigan con veneno fosforado y esa agua salió toda al río. Eso me parece que es lo que más está matando. El agua del río está contaminada posiblemente con veneno, no los pescados”

“Que nadie compre pescado. Está envenenado, está contaminado y puede morir gente- Llovió muchísimo en la parte norte y en las chacras estaba todo regado con veneno y como llovió mucho, la chacra se llenó de agua y esa agua fue al río y está matando a todos los peces. Alerta máxima en la parte de Chaco, Santa Fe, Corrientes hasta el Sur”

“Algo tendrán que estar tirando a nuestro Rio, una impotencia y bronca sentimos los que sabemos de pesca, cuando vamos a buscar lo que nos da el la naturaleza para el consumo familiar”,para luego contar su propia experiencia, “el año pasado fuimos a pescar con un grupo de amigos y vimos con nuestros propios ojos como se descargaba en el rió desde un canal que da con Estancia la Hemilia, un liquido con un fuerte olor inaguantable, en esos lugares hasta los arboles se secaron y no me parece raro que algo similar este ocurriendo”, especuló el pescador.

Por su parte, ya en junio de 2017, el escritor Patricio Eleisegui confirmaba mediante la segunda entrega de un estudio publicado por la revista Environmental Monitoring and Assessment, que las aguas y el lecho del Paraguay y el Paraná presentan grandes concentraciones de glifosato e insecticidas como el endosulfan -de uso prohibido en el país desde 2013-, la cipermetrina y el clorpirifos”.

Como en la primer entrega del estudio publicada en julio de 2016, el monitoreo lleva la firma de, entre otros, Alicia Ronco -fallecida en noviembre del año pasado- y Damián Marino, ambos especialistas del Conicet y afirma que el grado de contaminación detectado supera los límites establecidos para la protección de toda la vida acuática.

Según explicó Marino, los resultados provienen de muestras tomadas en 2010 y 2012 en 22 puntos diferentes de las cuencas mencionadas. El trabajo contó con la colaboración de Prefectura Nacional, que aportó su logística y el buque Luis Leloir para el traslado y desempeño de los científicos.

En sus conclusiones, el monitoreo señala que los altos niveles de plaguicidas constatados en agua y sedimentos tienen como causa la utilización de estos productos para la práctica agrícola en todos los territorios que atraviesa principalmente el Paraná.

“La agricultura intensiva aporta cargas significativas a los afluentes en los tramos medio e inferior y estos luego llegan al curso de agua principal. A pesar de que hay diluciones y descargas, el nivel de concentración es tal que los productos se pueden detectar en la corriente de agua. Estos hallazgos exponen la necesidad urgente de regular la aplicación de pesticidas en la cuenca”, afirma el trabajo.

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