El ruido del tráfico pesado puede irritar tus nervios, pero la exposición prolongada a él puede ser peor que eso: puede aumentar el riesgo de demencia, obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas.
Esta relación aparentemente improbable de causa y efecto entre el ruido del tráfico y una variedad de condiciones de salud adversas fue descubierta por científicos en Dinamarca que examinaron los vínculos entre las explosiones prolongadas y el ruido del transporte y un mayor riesgo de demencia entre casi 2 millones de adultos mayores de 12 años. 60 en un estudio que tardó más de una década en completarse, de 2004 a 2017.
Los hallazgos de los investigadores daneses indican que existe un vínculo marcado entre el ruido del transporte y un mayor riesgo de condiciones adversas de salud mental. Por ejemplo, en 2017, más de 1.200 casos de demencia de un total de casi 8.500 en la nación escandinava podrían atribuirse al ruido del transporte, incluido el ruido producido por vehículos y trenes.
“En este gran estudio de cohorte a nivel nacional, encontramos que el ruido del transporte del tráfico rodado y de los ferrocarriles está asociado con un mayor riesgo de demencia por todas las causas y subtipos de demencia, especialmente la enfermedad de Alzheimer”, escriben los investigadores.
“Estas asociaciones mostraron un patrón general de relaciones de riesgo más altas con una mayor exposición al ruido, pero con una nivelación o incluso pequeñas disminuciones en el riesgo a niveles de ruido más altos”.
Este vínculo es desconcertante ya que la demencia es una condición de salud cada vez más común en las poblaciones que envejecen de las naciones desarrolladas. La creciente urbanización en todo el mundo también significa que cada vez más personas viven en áreas donde están expuestas al ruido del tráfico durante todo el día.
El ruido del tráfico afecta al sueño y produce estrés
Las razones de cómo el ruido del tráfico influye negativamente en nuestra salud deberán investigarse más a fondo, pero las posibles explicaciones incluyen alteraciones del sueño y la liberación de hormonas del estrés, que pueden provocar inflamación crónica, respuestas más bajas del sistema inmunológico y enfermedad coronaria.
Sin embargo, advierten, los hábitos de estilo de vida, como la falta de ejercicio y las dietas poco saludables, son factores bien establecidos que contribuyen a la aparición de la demencia y otras afecciones adversas para la salud.
“Ampliar nuestro conocimiento sobre los efectos nocivos del ruido en la salud es esencial para establecer prioridades e implementar políticas y estrategias de salud pública efectivas centradas en la prevención y el control de enfermedades, incluida la demencia”, escriben los investigadores.
Para empeorar las cosas, la contaminación del aire, gran parte de la cual es producida por vehículos en entornos urbanos, también puede empeorar diversas afecciones de salud, desde la diabetes hasta el autismo y la enfermedad de Alzheimer.
Por el contrario, al mitigar el ruido del tráfico y la contaminación del aire mediante diversas políticas, podemos garantizar que muchas más personas puedan llevar una vida más saludable, señalan los investigadores.
Aislar las casas contra el ruido del tráfico podría ser una de esas soluciones. Otro podría implicar la prohibición del tráfico pesado de áreas densamente pobladas de las ciudades durante ciertos períodos.
“Reducir el ruido a través de programas de transporte y uso de la tierra o códigos de construcción debería convertirse en una prioridad de salud pública”, enfatiza un equipo de investigadores que comentó los hallazgos.
Por Daniel T. Cross. Artículo en inglés