Las ciudades modifican el tamaño corporal de los animales

Un equipo internacional de científicos demuestra por primera vez que la urbanización está cambiando el metabolismo de las comunidades de animales. El incremento de las temperaturas asociado a los entornos urbanos genera mayores costes para su fauna, que en la mayoría de los casos se vuelve cada vez más pequeña para sobrevivir. Para mariposas, polillas y saltamontes, el efecto es el contrario: su tamaño es cada vez mayor.

El rápido crecimiento de las ciudades conlleva una serie de cambios que no afectan solo al paisaje. Los pequeños seres vivos que habitan entre edificios, aceras y asfalto deben hacer frente a la pérdida y fragmentación de hábitat, a la proliferación de especies invasoras, a la contaminación lumínica y acústica y al cambio climático. Su adaptación a los drásticos cambios generados por los humanos se produce en tiempo récord.

Pero para lograr sobrevivir en las urbes, las especies tanto acuáticas como terrestres reducen su tamaño corporal. Así lo revela por primera vez un grupo de ecólogos, liderado por la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica.

Según el estudio, publicado en la revista Nature, el aumento de las temperaturas en las ciudades provoca el efecto ‘isla de calor’ debido a la acumulación que se genera por el hormigón y otros materiales absorbentes. La fragmentación de los hábitats influye también en este anticiclón térmico, por lo que las especies gastan más energía en el mantenimiento de su metabolismo e invierten menos en su crecimiento.

La gran pulga de agua Daphnia magna permite el control de algas de los estanques, pero cada vez son menos abundantes en las ciudades. / Joachim Mergeay

“Las temperaturas más altas generalmente aceleran las tasas de desarrollo, y esto puede ser más rápido que las tasas de crecimiento”, informa a Sinc Thomas Merckx, autor principal del trabajo e investigador en la universidad belga. Pero los cambios no son iguales en todas las especies.

Mientras que en la mayoría los tamaños corporales se reducen, para otros grupos se produce el efecto opuesto. Es el caso de los animales que tienden a desplazarse y dispersarse –como mariposas, polillas y saltamontes–, su tamaño aumenta para asegurarles la movilidad y así encontrar nuevos hábitats.

Para llegar a estos resultados, Merckx y sus colegas estudiaron 95.001 individuos de 702 especies y 10 grupos taxonómicos diferentes que vivían al norte de Bélgica en entornos urbanos y no urbanos. En total, recogieron muestras de cada grupo en hasta 81 lugares diferentes.

Los cambios más sorprendentes

“Entre los 10 taxones que analizamos, el mayor cambio de tamaño se produjo en las conocidas como pulgas de agua (cladóceros), una suborden de pequeños crustáceos generalmente de agua dulce que no superan los 3 mm”, señala el científico. En este grupo, las comunidades urbanas eran un 44% más pequeñas que las especies de sitios no urbanos.

“De hecho, la especie más grande casi desaparece por completo de los estanques urbanos. Eso significa que estos depósitos de agua de las ciudades son más propensos a tener floraciones de algas tóxicas, ya que las especies grandes son las que se alimentan con más eficacia de estas algas”, manifiesta Merckx.

El tamaño corporal de los animales es un rasgo clave en las relaciones entre los diversos grupos, como las cadenas alimenticias o las redes de polinización.

“Es probable que estos cambios tengan un fuerte impacto en la función del ecosistema urbano. Y esto, a su vez, se traducirá en un suministro alterado de los servicios que el ecosistema ofrece a los humanos”, alerta el científico.

La investigación proporciona la receta para mitigar los cambios observados: más y mejor infraestructura verde a diferentes escalas espaciales dentro de las ciudades. “Estas medidas combatirán el efecto ‘isla de calor’, así como la fragmentación del hábitat urbano”, concluye el experto.

La polillas y las mariposas son dos de los grupos animales que están aumentando su tamaño debido al crecimiento de las ciudades. En la imagen, un armiño blanco (Spilosoma lubricipeda). / Maarten Jacobs

Referencia bibliográfica:

Thomas Merckx et al. “Body-size shifts in aquatic and terrestrial urban Communities” Nature 23 de mayo de 2018

Resumen del estudio:

El tamaño corporal está intrínsecamente relacionado con la tasa metabólica y los rasgos de la historia de vida, y es un determinante crucial de las redes alimentarias y la dinámica de la comunidad. El aumento de las temperaturas asociadas con el efecto de isla de calor urbano da como resultado un aumento en los costos metabólicos y se espera que impulse los cambios a tamaños corporales más pequeños. Los entornos urbanos, sin embargo, también se caracterizan por una fragmentación sustancial del hábitat, que favorece a las especies móviles. Aquí, usando un diseño de muestreo replicado, espacialmente anidado en diez grupos taxonómicos de animales, mostramos que las comunidades urbanas generalmente consisten en especies más pequeñas. Además, aunque mostramos el calentamiento urbano para tres tipos de hábitats y los tamaños corporales medios reducidos asociados a la comunidad para cuatro taxones, tres taxones muestran un cambio hacia especies más grandes a lo largo de los gradientes de urbanización. Nuestros resultados muestran que la tendencia general hacia especies de menor tamaño es anulada por el filtrado de especies más grandes cuando existe una covariación positiva entre el tamaño y la dispersión, un proceso que puede mitigar la baja conectividad de los recursos ecológicos en entornos urbanos. Por lo tanto, demostramos que el efecto de isla de calor urbano y la fragmentación del hábitat urbano se asocian con cambios en el nivel corporal que dependen en forma crítica de la asociación entre el tamaño corporal y la dispersión. Debido a que el tamaño corporal determina la estructura y la dinámica de las redes ecológicas, dichos cambios pueden afectar la función del ecosistema urbano.

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