Las llamadas telarañas, redes de las arañas son una obrea de ingeniería por si diseño y resistencia. Sirven como trampas y están fabricadas con más de cinco tipos de seda, que se diferencian entre sí por su composición a base de proteínas y agua.
Pese a las diferencias entre estas redes, una tela de araña siempre cumple las siguientes condiciones: combina al menos tres de estas: una red de caza, hecha de seda pegajosa y elástica; una red de armazón, con hilos más consistentes y menos elásticos; y una red de anclaje, fabricada con seda gruesa y rígida.
Cuando un insecto cae en la red, queda pegado en la seda de caza. Al intentar escapar, lo único que consigue es enredarse más y más en la trampa de seda.

Los movimientos del insecto producen vibraciones que hacen que la araña se percate de que una presa ha caído en sus redes y acude en su encuentro para paralizarlo con una inyección de veneno.
En su desplazamiento, el artrópodo evita pisar el hilo pegajoso y siempre procura circular por las rutas de seda alternativas.
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