La viabilidad del planeta está en juego. Los mandatarios mundiales deben tomar medidas drásticas para poder luchar contra la crisis medioambiental en la que estamos inmersos. El cambio climático es ya una realidad, ya que la mayoría de los expertos coinciden en la gravedad del problema, con lo que se debe empezar a pequeña escala a realizar acciones que puedan ayudar a paliar esta situación de emergencia climática en la que está el planeta.
Los países desarrollados llevan el consumismo de sus sociedades, por norma general, a su máxima expresión. Si a ello le sumamos los grandes avances tecnológicos que se han materializado en las últimas décadas, hace que la mayoría de los ciudadanos de los países desarrollados, renueven con asiduidad todos sus aparatos electrónicos.
Un reciente estudio del casino online Betway pone de manifiesto la problemática del e-waste a nivel mundial. Este término hace referencia a los aparatos electrónicos con enchufe o batería que son desechados porque terminaron su vida útil o simplemente porque el usuario en cuestión no encuentra las prestaciones en ellos y ya no realizan la función para la que fueron adquiridos.

La basura electrónica se ha convertido desde hace unos años en una problemática medioambiental sin precedentes. Los principales productores de nuevo material tecnológico, China, Estados Unidos y Japón entre otros, son también las zonas del planeta que mayor número de millones de toneladas de e-waste generan a nivel mundial. Se estima que, en 2017, unos 44,7 millones de toneladas de e-waste fueron las que se vertieron para su desecho, y de esa cifra, únicamente el 20% recibió un reciclaje correcto para causar el menor trastorno posible a los ecosistemas que nos rodean. Pero esta tasa porcentual no es suficiente. Si queremos preservar la viabilidad del planeta en el medio plazo, la totalidad de estos residuos deberían ser tratados de manera correcta en un centro especializado, ya que los metales pesados con los que cuentan los chips en su interior pueden ser también un severo riesgo para la salud de la población.
Es hora de tomar medidas drásticas por todos los agentes involucrados en el e-waste. La venta tecnológica seguirá aumentando en los años venideros, por ello, se deben realizar numerosas acciones de tratamiento con la basura electrónica que también seguirá creciendo, hasta los 120 millones de toneladas en 2050. Un problema que nos afecta a todos.