El impacto ambiental de la industria cinematográfica

Cuando se habla de contaminación medioambiental, es común que se piense en rubros como la pesquería, la textilería, los automotores, etc. Pero rara vez se relaciona el daño al ecosistema con las actividades cinematográficas.

Sin embargo, varios estudios han determinado que existe un impacto negativo considerable que genera la industria del cine en el planeta. Por ejemplo, según informes realizados en 2006 por la Universidad de Los Ángeles, la producción de una película ocasiona un aproximado de 500 toneladas de CO2.

Esto no ha pasado desapercibido para algunos organismos de este sector. En España, la Tenerife Film Commission ha publicado una serie de parámetros para lograr filmes sostenibles atendiendo el reciclaje, el consumo responsable de energía, entre otros. Asimismo, largometrajes como Hulk, el hombre increíble (2007) y El sorprendente Hombre Araña 2 (2014) han sido galardonados por sus prácticas ecofriendly durante sus grabaciones, precisan desde el portal especializado LateNightStreaming.

Empero, esto no oculta la problemática que todavía persiste en gran parte de esta industria del entretenimiento. Pues así como hay largometrajes que se preocupan por no perjudicar el medio ambiente, existen producciones que causan severos daños en las localidades donde concretan sus grabaciones.

Es el caso de El día después de mañana, dirigida por Roland Emmerich y protagonizada por Jake Gyllenhaal. Este filme de 2004 causó grandes cantidades de CO2 por los transportes y las maquinarias que se emplearon para el rodaje. En consecuencia, los encargados promovieron la reforestación de la zona para compensar los efectos nocivos.

Peor aún fue lo acontecido con la película La playa (2000), dirigida por Danny Boyle, estelarizada por Leonardo Di Caprio y producida por la 20th Century Fox. Para llevar a cabo el desarrollo del filme, se eligió la isla tailandesa de Ko Phi Phi Lee. Allí ocurrió una serie de perjuicios a la localidad, dado que el equipo de grabación retiró especies autóctonas de la playa e introdujeron otras especies para crear tomas más atractivas. Al ser un Parque Nacional, estas alteraciones le valieron un juicio por daños ambientales a la 20th Century Fox.

Alternativas para las grabaciones tradicionales

A primera impresión, puede parecer imposible realizar filmes que no contaminen el ecosistema. Las películas de acción, por ejemplo, requieren de explosivos, dispensadores de humo y otros recursos similares. Frente a esta disyuntiva han emergido propuestas como Scoya Eco Tournage, una empresa de consultoría dedicada a la promoción de un cine más ecológico.

Las ideas que plantea esta firma son múltiples y fáciles de materializar. Se destacan: el uso de decorados desmontables y reciclables, la utilización de maquillajes veggie, recurrir a los efectos digitales de explosiones en lugar de emplear equipamiento con pólvora, etc.

Los portavoces de Scoya Eco Tournage han resaltado que, si bien hacer este conjunto de adaptaciones tiene un costo cercano al 2 % de la producción total, merece la pena el esfuerzo. Para las películas con presupuesto limitado, esto resulta obstaculizador. Sin embargo, para las grandes obras de Hollywood, la inversión no representa mayor detrimento.