La necesidad de sentirse en vínculo con la naturaleza

El ser humano es un ser generalmente religioso sea cual sea la religión que profese. Postula o proyecta un Dios extramundano y trascendente al que se le debe rendir culto, rezar, alabar e incluso temer. Es un Dios por y para los humanos (quedando los animales y plantas prácticamente al margen de su “cobertura”), pero más, en un Dios solo para los que profesan mi misma religión: mi Dios es el único Dios. Pero además, este tipo de Dios es un ente separado de cada uno de nosotros y yo, en mi individualidad, a la vez estoy separado del resto de humanos y más aún del resto de seres.

Esta es la religiosidad a la que se “somete” gran parte de la población mundial, una religiosidad basada en la separación ontológica, como decimos, primero entre las personas pero más aún entre las personas y el resto de especies. Y ahí radica justamente el problema: en no concebir vínculos espirituales entre nosotros y el resto; en definitiva: en habernos convertido en seres religiosos pero no espirituales. Queremos saber quiénes somos, anhelamos la verdad, pero en realidad nos apartamos de ella y condenamos al resto de seres vivos a la miseria cuando no a su extinción. Y nos seguimos empeñando en postular un Dios extramundano en lugar de intramundano habitando y estando presente ya aquí, en cada uno de nosotros y en cada uno de los seres vivos aunque esto, así es, pueda llevar al planeta a su destrucción.

Pero no, no estamos separados y en cambio estamos en vínculo con la totalidad de la Naturaleza. Por tanto, si dañamos el bosque, contaminamos los ríos o extinguimos a las especies nos estaremos dañando, contaminando o extinguiendo a nosotros mismos. ¿Y qué clase de ser se perjudicaría a sí mismo? Solo un necio o un ignorante.

No se trata pues de crear un vínculo que previamente no existe entre los seres humanos y la totalidad de la Naturaleza, se trata más bien de reconocerlo; de reconocer, como por ejemplo así se desprende de las supuestas palabras que el jefe Seattle le dedicó por carta al presidente de los Estados Unidos Franklin Pierce en respuesta a la pretensión de este de comprar las tierras donde habitaban los nativos norteamericanos ,  reconocer que los humanos y los animales somos hermanos y que todo está relacionado entre sí.

No concibamos pues lo sagrado en otros mundos o dimensiones, concibámoslo aquí: en cada río, en cada mar, en cada ave, en cada bosque y en cada ecosistema, porque solo así seremos capaces de salvar al planeta. Ecoportal.net

Por Vicente Berenguer

1 comentario en «La necesidad de sentirse en vínculo con la naturaleza»

  1. OTRA MANERA DE SALVAR AL MUNDO
    Si eres administrador o visitante de este sitio, posiblemente te encuentras entre quienes, por vocación, se ocupan de buscar soluciones a los problemas ambientales y sociales de nuestras comunidades. Tal vez escribes o haces películas sobre el tema, o participas en algún proyecto o grupo de presión u opinión. Tu labor es fundamental para la difusión de ideas y la toma de decisiones. No obstante todas esas buenas acciones, el deterioro del ecosistema y la conflictividad humana siguen aumentando peligrosamente. Nosotros queremos dar nuestro aporte con una idea novedosa que pensamos pudiera contribuir a acelerar la implementación de cambios esenciales para prevenir el colapso de la humanidad, científicamente pronosticado.
    Se trata de diseñar una ciudad ideal, la cual posea todas las características de infraestructura y organización correspondientes a la sociedad sostenible que deseamos para nosotros y nuestros descendientes. Esta urbe, presentada en forma de maquetas, series animadas, largometrajes, video juegos y parques temáticos a escala real, serviría de modelo a seguir para generar cambios positivos en nuestros asentamientos humanos a escala global.
    Creemos que es indispensable dar más importancia a la presentación de modelos perceptibles por los sentidos, lo cual puede generar un impacto mucho mayor que la teoría por sí sola.
    Te advertimos que el modelo de sociedad que tenemos en mente difiere radicalmente, en algunos aspectos cruciales, del tipo de organización humana al que nos hemos acostumbrado durante siglos, pero estamos seguros de que solo cortando de raíz unas cuantas malas costumbres instauradas a fuerza de la manipulación de sectores económicos, religiosos y políticos, podríamos tener alguna esperanza de futuro.
    Si te interesa este proyecto, te esperamos en nuestro sitio web https://elmundofelizdelfuturo.blogspot.com/
    donde estamos trabajando en ese sentido.
    Atentamente, César Emilio Valdivieso París

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