El arroz es una dieta básica en gran parte del mundo y miles de millones de personas dependen de él para su sustento diario. Sin embargo, el cultivo de arroz húmedo no está exento de graves costos ambientales. De hecho, tiene una enorme huella medioambiental.
Para empezar, el cultivo de arroz en arrozales inundados contribuye aproximadamente con el 12% de las emisiones globales de metano, un potente gas de efecto invernadero que está impulsando el cambio climático global. Mientras tanto, el cultivo de arroz también requiere entre el 30% y el 40% del agua dulce del planeta, lo que puede suponer una gran presión sobre las fuentes ya agotadas en las regiones más áridas.
Sin embargo, el arroz se puede cultivar de formas mucho más ecológicas. Una solución, ideada por una empresa israelí, consiste en equipar los arrozales con tuberías perforadas que suministran cantidades precisas de agua directamente a las raíces de las plantas. El resultado del riego por goteo afinado es que se necesita menos de la mitad del agua que la cantidad utilizada en un arrozal inundado tradicional.
Números prometedores
Durante un proyecto piloto, Netafim, la empresa que una vez fue pionera en el riego por goteo en los paisajes áridos de Israel, instaló campos de arroz en varios lugares de Europa hasta el sur de Asia.
En una granja en el noreste de Italia, el arroz de alta calidad se cultiva en arrozales uno al lado del otro, empleando el método tradicional y la nueva técnica de riego por goteo. Según se informa, la nueva técnica de riego por goteo ha producido arroz de igual calidad que los cultivos cultivados en los arrozales inundados a un costo ambiental muy reducido.
“Queremos aumentar la producción sin aumentar el uso del agua ni disminuir la calidad”, dijo un agricultor italiano cuya familia adoptó el sistema Netafim en algunas de sus tierras.
No solo se ahorra una gran cantidad de agua dulce en el proceso, sino que la emisión de metano también se reduce a cero a medida que el cultivo cambia de anaeróbico a aeróbico, según la compañía, que tardó una década en perfeccionar su nuevo método de riego por goteo, incluida la mejor manera de plantar, regar y fertilizar el arroz.
En el lado negativo, una inversión inicial en tuberías, bombas y filtros puede ser costosa para los agricultores, pero a largo plazo, el alejamiento de las inundaciones puede generar grandes beneficios para ellos, especialmente en regiones áridas como partes de India y Pakistán donde el agua dulce es un problema un bien preciado que ya escasea.
Si se aplica a una escala lo suficientemente grande, la nueva técnica de riego por goteo podría traer enormes beneficios, particularmente porque se espera que la demanda de arroz aumente en un 25% en solo tres décadas, dicen los expertos.
“El sector necesita una transformación” para que los agricultores terminen “obteniendo más grano por cada gota”, subraya Wyn Ellis, director ejecutivo de Sustainable Rice Platform , que promueve prácticas de cultivo más respetuosas con el medio ambiente.
Artículo en inglés