La dieta Flexitariana es en esencia una dieta vegetariana flexible, en la cual se da prioridad a los vegetales sin excluir los lácteos ni los huevos o la carne, aunque esta última no se consume con frecuencia, quedando relegada a situaciones especiales. El término es formado a partir de la unión de ‘flexible’ y vegetariano’, aunque la palabra no es reconocida por la RAE.
Se caracteriza por ser una dieta saludable y sostenible, preferida por las personas genuinamente preocupadas por el medio ambiente, pero que no desean abandonar por completo el consumo de carne. Incentiva el consumo de productos sostenibles y apoyar la agricultura local. La tendencia a seguir una dieta Flexitariana predomina en las mujeres, principalmente por motivos de salud.
¿En qué consiste la dieta Flexitariana?
Tal y como mencionamos, la dieta Flexitariana se basa en la preferencia de consumo de productos vegetales y frescos, en lugar de carnes. A pesar de ello, no descarta el consumo de otros alimentos de origen animal como la leche y los huevos. Su auge se debe a la premisa de que al asumir este patrón alimentario se lucha contra la explotación animal y su impacto sobre el medio ambiente.
Ciertamente, esta dieta no elimina los productos de origen animal, pero en este caso, los mismos provienen de crianza ecológica así como pesca sostenible. A pesar de ello, suele ser una dieta de transición para aquellos que al final desean adoptar un estilo de vida 100% vegano o vegetariano, pero desean lograrlo de manera progresiva.
A diferencia de lo que ocurre en las dietas veganas, no se renuncia a los alimentos de origen animal ni a aquellos productos en los cuales intervenga algún proceso animal, como ocurre con la miel o la mantequilla. El nivel de flexibilidad de la dieta Flexitariana permite dar preferencia al consumo de productos de origen vegetal y distanciarse un poco de los de origen animal.
¿Cuáles son los beneficios de seguir una dieta Flexitariana?
Según los expertos, esta dieta tiene la capacidad de ofrecer interesantes beneficios para la salud del ser humano. Por supuesto, antes de adoptar un nuevo patrón alimenticio sería conveniente acudirá un nutricionista que evalúe tus necesidades particulares y te ayude a planificar la alimentación de forma que no falte ningún nutriente en tu dieta.
· Protege el corazón
Debido a que se trata de una dieta pobre en grasas saturadas y rica en alimentos que contienen ácidos grasos Omega 3, resulta adecuada para fortalecer la salud del corazón. Con esta dieta evitaremos el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, reduciendo también el índice de colesterol malo en sangre.
· Aporta fibra y antioxidantes
Ofrece un elevado aporte de fibra, carbohidratos complejos de origen integral y antioxidantes, así como vitaminas y minerales capaces de evitar la aparición de enfermedades crónicas y reducir el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
· Reduce el riesgo de diabetes
La cantidad de fibras naturales que ofrece son ideales para mantener bajo control los niveles de glucosa en sangre, por consiguiente, disminuye el riesgo de desarrollar diabetes. También evita la hipertensión y la obesidad, todas enfermedades crónicas y potencialmente peligrosas a largo plazo.
· Favorece la pérdida de peso
Al ser una dieta baja en grasa, rica en nutrientes y carente de harinas y otros productos procesados en exceso, se favorece la quema de grasa, así como la pérdida de peso.
· Cuida al medio ambiente
Además de los motivos anteriores, los alimentos que integran este patrón alimentario tienen la capacidad de conservar nuestros recursos naturales, disminuir la emisión de gases de efecto invernadero que es clásica de la agricultura intensiva, todo lo cual deriva en una mayor sostenibilidad.