El tomate es una de las plantas más cultivadas en los huertos de todo el mundo por sus propiedades nutricionales y excelente sabor. Procedente de América, hoy existen cientos de variedades con diversos tamaños, formas y colores, pero ninguna de ellas se encuentra exenta de enfermedades.
El tomate, cuyo nombre científico es Solanum lycopersicum, pertenece a la familia de las solanáceas y es uno de los frutos hortícolas más apreciados en el mundo.
Se trata de una planta capaz de adaptarse a todo tipo de suelos, aunque es recomendable su cultivo en tierras ricas en nutrientes y bien abonadas.
Mantenimiento de la planta de tomate
Su forma de crecimiento es arbustiva y con tallos largos, que, por el peso de los frutos, en conveniente guiarlos con estructuras como cañas.
A medida que la planta crece, se van realizando pequeñas podas y raleos. Esto facilitará la ventilación y el acceso a la luz solar para la maduración de los frutos, previniendo también la aparición de algunas enfermedades fúngicas.
En cuanto al riego, es mejor realizar riegos profundos y espaciados, sin mojar el follaje y los frutos.
Para mantener la planta sana y obtener una buena fructificación, también es adecuado realizar abonados durante los distintos períodos de crecimiento.
Las principales enfermedades del tomate
Las tres principales enfermedades que afectan a la planta del tomate son los hongos llamados mildiu, oídio y roya. Estas aparecen en condiciones de elevada humedad y temperatura, falta de ventilación y por la sensibilidad de la variedad del cultivo mismo.
Es posible prevenir y tratar estas enfermedades con diversos métodos ecológicos, sin perjudicar al ambiente ni comprometer nuestra salud.
A gran escala, la agricultura ecológica, utiliza fungicidas a base de cobre o azufre, pero en menor escala es posible preparar fungicidas caseros para tomates.
Mildiu
Se trata de un hongo que afecta a las hojas provocando manchas en distintos tonos verdes, hasta que se oscurecen por completo. Finalmente, las hojas mueren.
Oídio
Es otro hongo que se manifiesta como manchas blanquecinas, polvorientas, en el haz de la hoja. Luego provoca manchas amarillentas hasta secar por completo la hoja.
Roya
Esta enfermedad fúngica aparece como pústulas naranjas en el envés de la hoja, dejando ver desde el haz, manchas que se corresponden, de color amarillas.
Una nueva alternativa para la industria del tomate
Los sistemas de ozono en la agricultura ofrecen grandes beneficios porque además mejoran la producción, previenen y tratan enfermedades y favorece el enraizamiento.
El ozono es un producto de la propia Naturaleza, por lo tanto, aplicado correctamente, no contamina. Está compuesto por tres átomos de oxígeno y se comporta como un desinfectante natural.
Cuando ya ha actuado, el ozono se descompone en oxígeno y no deja ningún tipo de residuo químico perjudicial para el ambiente.
La mayoría de las enfermedades de las plantas se producen por contagio, pero el ozono logra destruir los microorganismos tanto por acción directa en el agua, como por la cantidad de oxígeno que desprende.
El ozono es útil para eliminar virus, bacterias, hongos, algas, esporas y cualquier otro microorganismo del suelo y las raíces.
Diversos estudios han demostrado que el ozono es una alternativa eficaz para prevenir y controlar enfermedades de raíz y tallo como Phytophthora, Fusarium, Pythium, Rhizoctonia y enfermedades aéreas como Mycosphaerella, Botrytis, Sclerotinia, Mildiu, Alternaria, Oídio.
En la práctica, el ozono de uso agronómico, se aplica con el agua de riego y también puede utilizarse para tratamientos foliares.
Por lo tanto, los tratamientos con ozono garantizan mejor sistema radicular de las plantas, un mejor trasplante y menor agresión por fitosanitarios.
Métodos caseros y ecológicos para tratar las enfermedades del tomate
Bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio es un compuesto blanco y soluble, fácil de conseguir, que se usa con frecuencia para combatir las enfermedades fúngicas en muchas plantas y es útil también en tomates.
Podemos hacer un fungicida casero con bicarbonato tan solo mezclando 4 cucharaditas de bicarbonato de sodio, 1 cucharadita de aceite horticultural y aceite cítrico o melasa, en 4 L de agua aproximadamente.
Se mezcla bien y se aplica con pulverizador en las partes con síntomas de enfermedades fúngicas. Esto detendrá el desarrollo de más hongos.
Vinagre blanco
El vinagre también es un elemento común que cuenta con propiedades antifúngicas.
Para prepararlo deberemos diluir 3 o 4 cucharadas aproximadamente de vinagre blanco en 4 L de agua. Con esta dilución se pulverizan diariamente las plantas de tomate hasta que desaparezcan los hongos.
Como precaución, la aplicación deberemos hacerla al atardecer, cuando la planta ya no reciba el rayo del sol.
El vinagre blanco es el que presenta mayor efectividad al tratar los hongos de las plantas, puedes usar también de manzana.
Canela
Esta especia que también podemos encontrar en cualquier hogar, puede espolvorearse para tratar enfermedades fúngicas del tomate. Si los hongos no desaparecen en las próximas 72hs, se repite la aplicación.
Ajo
Es posible preparar un fermentado con ajo y aprovechar sus excelentes cualidades antifúngicas.
Con un mortero machacamos bien todos los dientes de una cabeza de ajo y los dejamos macerar por 24hs en 1 litro de agua.
Pasado este tiempo, hervimos por 5 minutos, dejamos enfriar y colamos. Llenamos un pulverizador y aplicamos temprano en la mañana o al caer el sol.
Cola de Caballo
Esta hierba de fácil crecimiento en zonas húmedas contiene silicio. Este elemento es capaz de regenerar los tejidos de las plantas y, además, actúa como un potente fungicida.
Se suele usar como modo curativo o preventivo. Se realiza un purín mezclando en un bidón plástico unos 100grs de cola de caballo con 1 litro de agua de lluvia.
Removeremos durante 5 o 10 minutos una vez al día por un lapso de entre 15 y 20 días. Pasado este tiempo, taparemos el bidón permitiendo el ingreso de algo de aire. Dejaremos el bidón en una zona fresca.
El fermentado estará listo pasados 15 días de la disminución de las burbujas del fermentado. Filtramos y envasamos.
Este es el mejor momento de usarlo como remedio y preventivo de enfermedades del tomate.
El purín de cola de caballo se aplica tanto en la tierra como en el resto de la planta. Pero al pulverizarlo sobre las hojas y el tallo es mejor diluir este líquido en una proporción de 1 litro de purín por 15 litro de agua.
No utilizar ningún elemento de hierro para no alterar la preparación.
Aceites esenciales
Existen varios tipos de aceites esenciales con propiedades antifúngicas que resultan efectivas en su aplicación en plantas como el tomate, tanto para prevenir como para tratar problemas fúngicos. Entre estos aceites están:
- El aceite cítrico.
- El aceite de orégano.
- El aceite de naranja.
- El aceite de ajo.
- El aceite de árbol de té.
Para elaborar fungicidas a base de estos aceites esenciales, podemos agregar unas gotas con cualquiera de los fungicidas caseros mencionados.