La manzanilla es una de las hierbas más consumidas en infusión para aliviar molestias estomacales y bajar los niveles de ansiedad o estrés. Y qué mejor que cultivarla nosotros mismos para asegurarnos su calidad. Hasta se puede sembrar en una maceta!
La manzanilla es una de las hierbas más conocidas por sus propiedades medicinales. De pétalos blancos y centro amarillo, pequeña, sencilla, tiene la capacidad de aliviar trastornos digestivos, incluido el malestar estomacal, náuseas, vómitos, pérdida del apetito y cólicos.
También ayuda a bajar los niveles de estrés y a inducir al buen descanso.
Por todo esto es buena cultivarla en casa, como parte de nuestro botiquín natural y para asegurarnos que esté libre de pesticidas y sustancias tóxicas. Además, si dejamos de comprarla en el súper, estamos evitando generar más residuos (cajitas, nylon, papel, etc.)
Al tratarse de una hierba de pequeño porte, es posible cultivarla en contenedores. Tomando algunas consideraciones para su siembra y cuidados, seguramente podrás cosechar tu propia manzanilla en algunos meses.
Otros usos para la salud
La manzanilla no sólo es utilizada en infusiones, también es muy apreciada en la cosmética natural por sus propiedades para la piel antisépticas, cicatrizantes, desinflamantes, descongestivas. Es ideal para preparar cremas, pomadas y ungüentos naturales, incluso para los niños pequeños por su inocuidad.

Pasos para cultivar manzanilla en maceta
Puedes conseguir las semillas en casas especializadas, o utilizar un sobrecito de infusión de manzanilla comprada. Hay varias experiencias en la Red que comprueban su efectividad, solo depende de cuánto tiempo haya transcurrido entre la cosecha de la manzanilla y su llegada a tu casa para asegurar la viabilidad de las semillas que pudiera contener el sobre.
1° paso: preparar una maceta con tierra abonada y un buen drenaje hecho con piedras.
2° paso: como las semillas son muy pequeñas, se sembrarán casi en la superficie de la tierra, espolvoreándolas suavemente.
3° paso: cubrimos las semillas con una capa muy fina de tierra para a penas cubrirlas.
4° paso: regar con pulverizador, asegurando de hidratar toda la tierra de la maceta y colocarla en un lugar cálido, muy luminoso, pero al abrigo de rayo del sol.
5° paso: pulverizar agua cada vez que sea necesario para mantener la tierra con humedad, hasta la germinación.
6° paso: una vez que vayan germinando las semillas, deberás seleccionar las plántulas que veas más fuertes para cuidar su posterior desarrollo. Ahora no habrá que regar tanto ya que la manzanilla gusta de suelos algo secos.
7° paso: en unos meses, la manzanilla florecerá, y cuando las flores estén bien abiertas, será el momento adecuado para cosecharlas.
8° paso: las flores cosechadas las colocarás en un lugar fresco, seco, al abrigo de la luz sobre un lienzo o papel absorbente. Cuando estén bien secas, se enfrascan para usarlas cuando desees.
9° paso: pasada la temporada de cosecha, tendrás que podar la hierba para asegurar que el ciclo productivo continúe.
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