La casa girasol que busca mayor eficiencia energética

La búsqueda de una mayor eficiencia energética se ha transformado en una objetivo primordial en el ámbito de arquitectura y la construcción, y de a poco, se varios sectores de la industria mundial van adoptando medidas en este sentido. Es que ya no se trata solo de optimizar recursos económicos, sino que además, hay un interés cada vez mayor en la sustentabilidad y el cuidado del medioambiente.

El estudio Koichi Takada Architects, ha ideado una vivienda carbono positivo llamada Casa Girasol que sigue una máxima de la escuela Bauhaus: “la forma sigue la función”. El proyecto fue encargado por Bloomberg Green, que encomendó a Takada el diseño de una casa que representase el futuro sostenible de Europa.

La Casa Girasol está inspirada inspirada en la planta que lleva su nombre, tanto por su estética, como por su función, pues aprovecha al máximo toda la energía que le brinda el Sol. Será construida en las bellas lomadas de la región italiana de Le Marche.

La forma sigue a la naturaleza

La Bauhaus ayudó a configurar la transición social y económica a una sociedad industrial y al siglo XX bajo la máxima “la forma sigue a la función”.

Un siglo después, la humanidad se enfrenta a problemáticas como el cambio climático y la explosión demográfica. A este ritmo, seremos diez mil millones de personas para mediados de siglo y sino se toman medidas sostenibles al respecto, el escenario futuro del planeta no es auspicioso.

Los edificios y la infraestructura son responsables de al menos el 40% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Ha llegado el momento de repensar la Nueva Bauhaus europea, la vida moderna en armonía con la naturaleza”, sentencian desde Koichi Takada Architects.

El propio término, girasol, da la pista: “Le Marche es conocida por sus onduladas tierras de cultivo y sus campos amarillos repletos de girasoles. Es un cultivo de rápido crecimiento que prospera bajo el sol y gira en su dirección”, apuntan desde el estudio.

Un rayo de sol

¿Por qué la inspiración en un girasol? “Nos esforzamos para aprovechar la energía del sol. El techo y cada uno de los pisos giran con sensores para conseguir la máxima exposición al sol o para obtener un rendimiento óptimo y la comodidad del usuario, maximizando o minimizando la ganancia de calor, especialmente en las condiciones de calor extremo experimentadas recientemente en el clima mediterráneo”, explica Koichi Takada Architects.

Maximizar la exposición al sol durante todo el día da como resultado la obtención de la mayor generación de energía solar posible, lo que supone un aumento estimado del 40% en la producción de energía si la comparamos con la obtenida de los paneles estáticos.

La Casa Girasol está naturalmente climatizada mediante el uso de tubos de tierra, una técnica inventada por los romanos. Como apuntan desde el estudio, “el sol calienta la chimenea haciendo que el aire del interior se eleve, atrayendo aire a través de la tubería fría. La tubería enfría el aire extraído del exterior a la temperatura de la tierra en la profundidad a la que está enterrada”.

Un cambio ambiental con saldo positivo

Los diseñadores y arquitectos hablan de inspirarse en la naturaleza en un sentido estético, pero debemos ir mucho más allá”, dice Takada.

Esta inspiración visual es una forma de biomimetismo (también conocido como biomímesis o biomimética), donde el ser humano diseña edificios o espacios para que se parezcan a algún elemento de la naturaleza.

Takada opina además que no debemos utilizar el biomimetismo para reproducir superficialmente la naturaleza solo por su belleza, sino que debemos reproducir sus beneficios ambientales: “no se trata solo de hacer que un edificio parezca natural, se trata de crear un cambio ambiental positivo en las casas en las que vivimos, los vecindarios en los que trabajamos y jugamos y, en última instancia, el planeta que tenemos el privilegio de habitar”.

Siguiendo las pautas de la biomímesis, la casa ideada por Takada actúa como un girasol que, valga la redundancia, gira para recoger la energía solar. Además, la energía que no se utiliza se puede devolver a la red eléctrica o almacenar en una batería.

Otros elementos que abogan por la sostenibilidad en la Casa Girasol la recolección de agua de lluvia, que se utiliza para el riego y la descarga de los inodoros, la ventilación natural y un mecanismo de rotación secundario sobre las paredes de vidrio protege el edificio de la radiación solar.

Un campo de casas girasoles

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La estructura de la Casa Girasol estaría elevada del suelo para minimizar la interferencia con la biodiversidad del entorno y podría tener hasta tres niveles. Cada piso podría albergar un apartamento de dos o tres dormitorios.

Siendo más ambiciosos, podríamos imaginar varias casas juntas a modo de vecindario. Así, estaríamos creando una comunidad verde que vendría a ser un campo de girasoles donde las “plantas” se desplegarían en zigzag para maximizar la exposición a la luz del sol.

El cambio climático debe ser un catalizador para un cambio positivo, comenzando por nuestros humildes hogares, afirma Takada, que está convencido de que el futuro del planeta necesita pasar de lo industrial a lo natural.

Necesitamos una arquitectura cinética y viva que respete el medio ambiente y al mismo tiempo mejore el bienestar de los seres humanos que lo habitan”, concluye.

Ecoportal.net

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