Las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos atraviesan momentos de tensión pero además del sector automotriz, se ve afectado el sector agroalimentario, donde se generan disputas por exportaciones, controles sanitarios y obligaciones binacionales en donde los tomates mexicanos tomaron protagonismo.
Asimismo, las autoridades mexicanas dieron a conocer nuevos avances necesarios tras una serie de encuentros diplomáticos en Washington pero las reuniones se centraron en resolver discrepancias que podrían desencadenar sanciones arancelarias a las exportaciones del país que preside Sheinbaum.
Si todo continúa como hasta ahora, se puede decir que seguirá afectando a los productores y a los consumidores estadounidenses. Hasta el momento no se divulgaron detalles de los pactos alcanzados, pero el gobierno de México asegura que los compromisos benefician a ambas partes.
El diálogo para poder frenar los aranceles al tomate de México
El secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, fue quien llevó adelante las conversaciones en una reunión que transcurrió en Washington. Allí, también mantuvo encuentros con representantes del sector agrícola, donde habló con su homóloga estadounidense, Brooke Rollins, según lo escrito en X.
Además, el funcionario se juntó con más de veinte empresas distribuidoras de tomate en Estados Unidos (Trump planea implementar otros aranceles), quienes mostraron preocupación ante la posible salida de su país del acuerdo vigente sobre las exportaciones mexicanas.
Por otro lado, la amenaza de imponer un arancel del 20,91% a los tomates, que comience a regir a partir del 14 de julio, dio indicios de inquietud tanto en los exportadores como en los consumidores. Si esto llegase a suceder, los precios del tomate podrían aumentar en el mercado estadounidense.
La problemática del valor que enfrenta el tomate mexicano en EE.UU
Según lo que se dio a conocer, en su reunión con los ejecutivos de la industria, Berdegué destacó el papel importante que ocupa el tomate mexicano, que no es solo por su volumen de exportación, sino por su calidad, que lo convierte en un producto difícil de sustituir dentro del sistema alimentario estadounidense.
Desde abril, el gobierno mexicano había mostrado cierto interés en renovar el acuerdo bilateral que regula las exportaciones tomateras. Sin embargo, al presentar ganas de ambos lados por evitar afectaciones mayores a los productores se mantuvieron abiertas las vías de negociación.
Así fue como la postura del Departamento de Comercio de EE.UU se endureció en las últimas semanas, entonces el organismo argumenta que el acuerdo actual no protege sobre todo a sus agricultores, además recibieron una avalancha de quejas de productores locales que exigen condiciones más justas.
La eventual retirada de Estados Unidos del acuerdo de casi tres décadas genera polémica
Estos problemas de comercio entre países no son nuevos, porque para hablar del conflicto actual nos tenemos que remontar al año 1996, allí fue cuando el Departamento de Comercio estadounidense inició una investigación por presunto dumping en la venta de tomates mexicanos.
En ese entonces, se llegó a la conclusión de que era necesario suspender la investigación si México aceptaba un precio mínimo de exportación, dejando que el acuerdo sea renovado periódicamente, para poder evitar la imposición de tarifas. La semana pasada, ambos gobiernos anunciaron un acuerdo para que México aumente sus entregas de agua, consideradas vitales para los agricultores de Texas.
Ante la presión política y económica que hay en Estados Unidos sobre todo desde 2024, este país podría desatar una eventual retirada del acuerdo que llevaría a un cambio agrícola inesperado de la región, y podría alterar los precios y el acceso al producto en supermercados del país vecino. México decidió tomar medidas frente a la amenaza del gusano barrenador del ganado, una plaga que afecta al sector agropecuario y que pone en alerta a parte de Estados Unidos.