El pasado viernes 26 de septiembre, una falla dejó sin luz a millones de personas en el sureste de México, provocando un caos en el país. Todos se cuestionaban el por qué de este apagón, pero ahora las autoridades del país y la CFE han dado la respuesta definitiva sobre qué ocurrió exactamente en el sureste y por qué se fue la luz.
Un apagón que paralizó todo
No podemos negar que cada día nos volvemos más dependientes de la electricidad, así que, cuando ocurre un apagón sentimos que todo se paraliza. Eso fue lo que ocurrió el 26 de septiembre cuando los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, quedaron a oscuras en plena tarde.
El corte de luz afectó a 2,3 millones de usuarios, según la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El apagón sacó de servicio 16 unidades generadoras de energía y colapsó por completo el tráfico vehicular y las comunicaciones en las principales ciudades.
En Cancún, los semáforos dejaron de funcionar, desatando un gran desorden vial. Además, el servicio de telefonía quedó fuera en muchos barrios, y solo operaron los negocios que tenían sus propias plantas de luz.
El incidente recordó otros fallos recientes en la región, como el de junio de 2022 que afectó a 1,3 millones de personas. Esto nos recuerda que el sistema de interconexión de México es robusto, pero no infalible, pero ¿Por qué ocurrió este apagón?
Las autoridades del país y la CFE han dado la respuesta definitiva y resulta que el origen de todo el problema fue una falla en una línea de transmisión de electricidad, justo cuando se estaban haciendo trabajos de mantenimiento.
Un freno en la vía principal
Mientras la CFE se prepara para una operación muy importante, ha salido a la luz la causa del apagón. Según el reporte oficial, el problema no estuvo en las plantas que generan la electricidad, sino en la ‘carretera’ por donde viaja esa energía, es decir la línea de transmisión.
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó rápidamente que las plantas de generación estaban bien, pero que la falla ocurrió en una de las líneas principales mientras se hacía una reparación o mantenimiento, sin embargo, no podemos negar que fue un gran problema.
El incidente fue tan grave que sacó de operación 9 centrales que juntas generaban 2174 megawatts, una cifra enorme si se considera que el consumo máximo en la Península de Yucatán es de cerca de 2992 MW, es decir, se perdió la capacidad de cubrir casi toda la demanda de la región.
Casi cuatro horas después del apagón, el servicio se había restablecido en un 50%, y la CFE se coordinó con el CENACE (el Centro Nacional de Control de Energía) para devolver la luz lo más rápido posible.
Un problema que nunca se debió dejar pasar
Aunque la causa directa fue la falla en el mantenimiento, este apagón masivo ha puesto de nuevo sobre la mesa un problema de fondo en la región, de hecho, el gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena, ha señalado que estos apagones tienen su origen en «décadas de abandono y falta de planeación».
Sucede que durante años, la infraestructura eléctrica de la Península no creció lo suficiente para aguantar la enorme y creciente demanda de energía, impulsada por el crecimiento del turismo y el desarrollo urbano.
Aunque la CFE está trabajando para que la región sea autosuficiente en los próximos años, el apagón masivo del viernes recordó a México que aún hay mucha inversión y trabajo pendientes para que la red eléctrica sea realmente robusta y confiable.
El apagón fue un recordatorio claro de lo mucho que dependemos de la electricidad y aunque la luz se haya restablecido, la lección es que invertir en la red de transmisión y en la capacidad de las plantas ya no es un lujo, sino una necesidad urgente para evitar que esto vuelva a pasar. Pero ahora la CFE está trabajando en un sistema renovable que podría solucionar estos problemas.