México tiene que tomar una decisión muy importante: proteger el océano o repetir la historia, pero sea cual sea el camino que elija, habrá consecuencias.
Una de las principales actividades económicas del país es la extracción de petróleo, gracias a los yacimientos submarinos que existen en el país. Estos permiten que varias empresas, nacionales e internacionales, exploren en sus aguas para obtener el crudo del petróleo, principalmente del lado del Golfo de México.
Sin embargo, no hemos visto el verdadero daño que esta actividad está ocasionando al ecosistema marino, principalmente después de un derrame.
La otra cara del petróleo
No es la primera vez que se habla de los desechos y la contaminación que ocasiona la extracción de petróleo. Por esta razón, la actual administración, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, está implementando medidas para dejar de depender de los combustibles fósiles, como el petróleo.
Sin embargo, especialistas temen que esta medida no sea suficiente para poder solucionar todos los problemas que han causado las excavaciones en el suelo marino.
Esto se debe a que recientemente descubrieron restos considerables de derrames de petróleo en el mar, cerca de una de las plataformas de petróleo y que no se había reportado por las compañías que están operando en la zona.
De hecho, los mismos pescadores que estaban trabajando en la zona fueron los que encontraron la aterradora y lamentable escena: una mancha negra gigante en las aguas de la Isla Aguada, en una localidad de Campeche.
Lo más impactante de esta situación es que, de acuerdo con los pescadores, la laguna desemboca en el Golfo de México lo que pone en peligro a millones de peces.
¿La historia tiende a repetirse?
Esta no es la primera vez que los pescadores meten presión para hacer un cambio relacionado con la extracción de petróleo.
Por ejemplo, uno de los peores casos sobre un derrame en el Golfo de México fue el que ocurrió en abril de 2010. En ese entonces la perforadora ‘Deepwater Horizon’ tuvo que detener sus operaciones tras una fuerte explosión que dejó varios muertos y pérdidas millonarias.
El pozo Macondo terminó con severas afectaciones, mientras que aún siguen reparando. Empero, no solo la plataforma tuvo afectaciones, también la población de animales que viven en el ecosistema del lago.
En este caso, se estima que cerca del 75% de la población de delfines macho que viven en el Golfo de México sufrieron afectaciones, como problemas de esterilización. Además, se calcula que cerca del corte de ese año hubo una pérdida total de 4.9 millones de barriles durante los 87 días que duró el incidente.
Tan grande fue el problema que, hasta la fecha, los pescadores que pasan por la zona de la plataforma siguen encontrando restos gigantes de petróleo en el mar, lo que les impide cumplir con su trabajo.
Piden soluciones
Al momento, se sabe que varias empresas internacionales tienen la intención de continuar explorando desde el lado de Estados Unidos para extraer petróleo. Sin embargo, en caso de que haya un derrame México sería el afectado al compartir las aguas, por lo que se necesitaría una estrategia en el país para contrarrestar los efectos contaminantes.
Por su parte, la presidenta Sheinbaum tiene algunas estrategias ambientales que buscan reducir la dependencia hacia los combustibles fósiles para usar más energías renovables. Empero, este cambio enérgico podría demorar, ya que no se cuenta con una infraestructura sólida y los recursos suficientes para usar únicamente energías limpias.
Sin embargo, la presidenta podría implementar medidas para proteger a las especies del Golfo de México, las cuales son las más afectadas por los derrames y que hasta la fecha se desconoce el número exacto de animales que han muerto a causa del petróleo que se ha derramado por los accidentes en las plataformas petroleras.