En un momento de transición energética, volver a activar minas de energía oscura es una pésima decisión. ¿Qué implica la explotación sin medida en nuestra era actual? México está a punto de averiguarlo con 5000 minas que se podrían reactivar muy pronto.
Este es el plan con la energía oscura en México que podría hundirnos en más crisis
Hay un tema preocupante en México, estamos ante una situación grave de energía en Petróleos Mexicanos (Pemex), una lucha de poder y contrabando por esta energía, está afectando al país. Y en vez de ir hacia adelante, parece que nos estamos atrasando.
Sí, hablamos del temido petróleo como energía oscura, ya que sigue siendo una fuente no renovable que nos dará más problemas ambientales, que beneficios. Pero lo peor de todo ello, es que Pemex tiene un plan para salir de la crisis que no son buenas noticias.
La idea es revertir la situación, reactivando 5000 minas de los pozos petroleros que se mantenían cerrados. ¿Para qué? Este acto que busca volver a acelerar la producción del crudo en el país, puede generar muchos problemas ambientales y financieros.
¿Una medida desesperada? Por estos aspectos no es una buena noticia
Pese a lo que se piensa, reactivar estas minas petroleras no es una buena decisión. Si bien, estas acciones buscan mejorar la capacidad técnica y operativa de Pemex es un momento especialmente delicado. La empresa está endeudada y pasa por una situación complicada financieramente.
De hecho, Pemex se hunde a un mínimo de 45 años en producción petrolera, y esta solución es más un problema que ventaja. En marzo de 2025, la petrolera solo logró producir 1 millón 344 mil barriles diarios de petróleo crudo, lo que representa una caída del 12,2 % con el 2024.
En relación con el gas asociado, el número de pozos operativos cayó 4,9 % interanual, con un total de 2 mil 167 unidades activas. Según con el reporte financiero de Pemex, el cierre del primer trimestre del año, había 3 mil 803 pozos de crudo en operación, una disminución de 3,5 % con 2024.
Sin embargo, esta medida suena como un elemento desesperado, aunque existan más de 5 mil pozos cerrados, activarlos implica una gran inversión, que la empresa no está en capacidad de cumplir. Además, mantener estas minas operativas, es un costo muy grande que no sabemos si es sostenible.
Eso sin mencionar los daños ambientales. Un derrame petrolero será una grave consecuencia, que afecta a la fauna y al ecosistema. Son daños irreversibles que nos genera un costo ambiental muy alto que no vale la pena. Además, la falta de inversión y capacitación puede jugar en contra.
¿Qué le espera a Pemex? Este cambio de rumbo puede ser el inicio del fin
La situación de la compañía es muy complicada, las cifras actuales indican una deuda que no será cubierta con la explotación de más minas de energía oscura. Lo que sí indica es que, la reactivación de pozos puede ayudar a aumentar la producción en corto plazo y ser una solución temporal.
Sin embargo, en el largo plazo, mantener esta inversión para activar los pozos, requiere de cifras mayores que no podrá cubrir la empresa. Es como tapar el sol con un dedo, pues los costos ambientales serán más peligrosos contra los beneficios, como esta decisión terrible que destruirá y envenenará todo.
Por lo tanto, esta salida “fácil” de reactivar 5000 minas de energía oscura en México, solo será el inicio del fin para la empresa, el medio ambiente, el plan de transición energética y los objetivos de energías limpias que se esperan incentivar para el futuro.