La nueva Atlántida: EEUU está perdiendo un estado
Luisiana, uno de los estados sur de EE.UU., se está hundiendo. En los últimos 80 años más de 5.000 kilómetros cuadrados de su territorio quedaron bajo el agua, denuncian científicos.
Luisiana, uno de los estados sur de EE.UU., se está hundiendo. En los últimos 80 años más de 5.000 kilómetros cuadrados de su territorio quedaron bajo el agua, denuncian científicos.
El Ártico ha sufrido en los últimos 30 años, la desaparición de las tres cuartas partes de la capa de hielo. En el año 2012 se produjo la mayor tasa de deshielo en la historia del Ártico, este ya no es tan brillante y blanco como solía ser. Sobre estos efectos los científicos advirtieron este deterioro hace años, pero a los países industrializados no les importa el efecto invernadero, o que los glaciares se descongelen causando los efectos de la liberación del metano atrapado en el hielo, lo cual acelerará el calentamiento global. En Siberia hay indicios de que la pesadilla que ya comenzó.
Geólogos estadounidenses han revelado que el fenómeno de la ‘nieve oscura’ o albedo, que reduce la capacidad del hielo de reflejar la luz solar, aceleró el deshielo de los glaciares en un 20% en un solo mes.
Un equipo internacional liderado por el geólogo Michael Weber de la Universidad de Colonia encontró que la dinámica del deshielo de la Antártida podría ser reconstruido a partir de los sedimentos de aguas profundas del Mar de Escocia, principal transportador de los icebergs de la península Antártica.
Los impactos del cambio climático global, son peores que los generados por las armas de destrucción masiva. Según estudios de la OMS, los nuevos patrones de lluvias, sequías y tormentas podrían acelerar la expansión de enfermedades como la malaria o paludismo y la fiebre del dengue en algunas regiones.
Entre 2011-12 se cumplirán 35 años de “Calentamiento Global Sostenido”, el mas largo periodo cálido desde la Edad Media en que se produjo un fenómeno similar conocido como la “Pequeña Glaciación”. Estos ciclos de “Calentamiento Global Sostenido” y “Pequeñas Glaciaciones” se han dado periódicamente. La gran diferencia actual: “el Hombre es protagonista, su modelo de desarrollo aceleró el fenómeno”.
La tendencia del cambio climático no es descendente, por lo contrario es ascendente. Es un hecho incuestionable que el cambio climático es real, solo basta dar un vistazo a los cambios en las corrientes del Golfo de California, las sequías e inundaciones que azotan muchos lugares de la tierra y el aumento en la cantidad e intensidad de los huracanes, para comprender que algo extraño esta pasando con el clima.
El mundo tiene que cambiar para poder subsistir. Pero ese enorme cambio no sólo va a traer sacrificios, esfuerzos y males inevitables. Se trata de una transformación radical. Pasar de la era del petróleo a otra era. Los próximos años serán cruciales. Una pata importante de esa carrera contra el tiempo es el acuerdo al que puedan llegar los países desarrollados y en vías de desarrollo. También es muy importante comprender que con sólo eso no alcanzará, que se necesita mucho más.
A pesar de la cruzada antiecológica, de obras como Estado de miedo, El ecologista escéptico y de la censura de la administración Bush, el cambio climático ya no es una mera hipótesis o una opinión, sino un hecho científicamente comprobado. Las evidencias son sólidas: sólo durante los últimos treinta años la temperatura promedio de la superficie terrestre aumentó 0.6 grados centígrados.
Tras cerca de 20 años de interminables negociaciones internacionales, 4 informes del IPCC, el tortuoso desarrollo del Protocolo de Kyoto, la oposición de las presidencias estadounidenses de Bush padre e hijo, la verbosidad de los gobiernos instalados en la inacción y los signos inquietantes del cambio climático, todo parece indicar que nos acercamos al momento de la verdad.
Esta capa congelada del subsuelo está afectando con su derretimiento a ecosistemas naturales e infraestructuras humanas y podría acelerar el cambio climático. Alteraciones en ecosistemas como la tundra, desestabilización de edificios y carreteras, árboles que pierden su verticalidad, rutas migratorias afectadas, corrientes marinas y fluviales perturbadas o liberación de enormes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Las consecuencias de un aumento tan alto de temperatura serían el descongelamiento de los casquetes polares del Ártico y la Antártida, aumento del agua en los mares en 50 centímetros y desaparición de amplias zonas costeras del mundo que afectarían la economía de 40 países y desplazarían a 200 millones de personas