En el sector financiero, esto se reconocería como una variante de la estafa “usar y tirar”, sin embargo, la EIA (Administración de Información sobre la Energía), agencia propiedad del gobierno estadounidense, acaba de confirmar, de forma muy discreta, que se trata de una práctica estandarizada en las empresas responsables del milagroso renacimiento del gas y del petróleo americano, de los que dependen otros departamentos gubernamentales en sus pronósticos de creación de empleo, ingresos fiscales futuros, y en la (presunta) influencia en la exportación de energía en la nueva guerra fría contra Rusia.