Mucho se habla de las crisis del planeta: climática, energética, alimentaria, de pérdida de biodiversidad, financiera y más. Pero a esta altura bien sabemos que no se trata de fenómenos naturales ni aleatorios. Son manifestaciones del actual sistema capitalista y su dinámica de permanente expansión, al cual dichas crisis le son funcionales ya que le permiten renovarse y reciclarse. Las burbujas que estallan permiten nuevos negocios y las inversiones se acrecientan al amplificar viejos mercados y crear nuevos. La “economía verde”, que viene con su propuesta de nuevos mercados para inversiones en nuevos productos, exige más tierra, más agua, más aire, más minerales.