Boff sostiene que la salida de la crisis del capital está en la experiencia con la espiritualidad

En la entrevista con Leonardo Boff realizada por Adital, en Belo Horizonte [Estado de Minas Gerais], durante el II Congreso Continental de Teología, el teólogo habla sobre lo que él denomina "vacío de líderes”, destacando la importancia del Papa Francisco como un importante líder mundial. Explica cómo fue la elaboración de la carta de los teólogos de apoyo al Papa, que viene sufriendo una fuerte oposición en la curia romana y por parte de algunos grupos conservadores externos a la Iglesia, que están en contra de las reformas eclesiales. La carta fue firmada por teólogos de América Latina y también por el ex presidente brasilero Luiz Inácio Lula da Silva.

Ser vegetariano por naturaleza

Tomado de Claudio Maria Dominguez…

Vegetarianismo es mucho más que no comer carne. Es una forma de vida, elegir alimentación sana, saludable, fresca, vital, que ayude a nuestro organismo y cuide nuestra salud.

Y lo más importante: que no dañe a nuestros hermanos los animales, que son seres vivos como nosotros, ni más ni menos que una piedra, un árbol o una estrella! Ser vegetariano es una elección a favor de la vida.

Los seres humanos no somos carnívoros por naturaleza, la compostura de nuestro cuerpo indica que no estamos físicamente preparados para comer carne (ver cuadro).

¿Pero entonces, por qué la mayoría de las personas comen carne? ¿Por qué nadie piensa en el animal sufriendo y agonizando al ser matado?

Todos seguimos los mandatos de la sociedad sin analizar si es bueno para nosotros, o no. Y sin saberlo fomentamos el gran negocio de la ganadería que sigue matando y matando indiscriminadamente. Es increíble saber además que el ganado de los países ricos, se come, literalmente, los granos que podrían alimentar a los países pobres. Ese es uno de los grandes desequilibrios que hay en el planeta.

Otro aspecto importante es tomar conciencia que la carne que se consume ha sido parte del cuerpo de un ser vivo, que fue criado y sacrificado para producir ese alimento.

La mayoría de las personas que consumen carne, dejarían de hacerlo si ellos mismos tuviesen que matar al animal que comen, o si, simplemente, se atrevieran a visitar un matadero.

Muchos de los mismísimos premios Nobel se han convertido en difusores y practicantes confesos de una alimentación que no incluye cadáveres, por la lentitud nociva del proceso digestivo en el que perdemos la mayor energía metabólica del día, además de la gran cantidad de toxinas que desprende la carne en descomposición dentro de nuestro organismo; y sumado a eso, la acumulación de grasas animales como principal causa de enfermedades y mortalidad, incluso en un tema antes no reconocido, y ahora ya muy popular, como la generación de cánceres varios.

Desde el punto de vista espiritual, se explica que el animal capta el momento en que está siendo asesinado, y quién lo mata, recibe una perturbación energética que le genera violencia, agresividad, y un karma residual muy duro. Y quien lo consume, aunque no lo haya matado, capta en menor grado, pero en forma inevitable los efectos negativos del acto de la muerte del animal.

La industria en torno al matadero es de un horror, rayano al de un campo de concentración en el cual han perdido la vida millones de seres humanos. Le estamos haciendo lo mismo al animal y ¿creemos que podemos salir indemnes de crueldades que parecen estar socialmente aceptadas?

El planeta está pidiendo a gritos un cambio, de compasión, de sentido común, de misericordia, de respeto por la creación. Todo está volviendo en contra del hombre. ¿Qué le hacemos a hermanos de una evolución aparentemente inferior, pero con más lecciones de nobleza instintiva que los propios humanos?

Es interesante recordar que los grandes seres espirituales de la historia conocida, eran vegetarianos: Jesús, Buda, Sai Baba, Rama, Krishna, Moisés, Zoroastro, Saint Germain, Confucio, Lao Tse, Amma y tantísimos sabios y genios que marcaron su época, y que iremos también mencionando en las próximas entregas.

Leonardo Boff: “El capitalismo prefiere ser suicida que cambiar”

A sus 76 años, el teólogo brasileño Leonardo Boff sigue siendo una de las mentes más despiertas y comprometidas del intelectualismo latinoamericano. Procedente de la tradición franciscana, fue uno de los padres de la Teología de la Liberación, que él define como “un método para hacer teología desde la visión del oprimido, que nace del grito de desesperación del afroamericano, del indígena, de las mujeres, para ayudar a su liberación aprendiendo de ellos, como postula la pedagogía del oprimido de Paulo Freire”. Desde esa línea de pensamiento, a Boff no le gusta hablar de desigualdad y mucho menos de pobreza: prefiere la expresión “injusticia social” y denunciar con todas las letras que el capitalismo es perverso, genocida, etnocida, ecocida y, también, suicida. En el Foro por la Emancipación y la Igualdad que albergó Buenos Aires entre el 12 y el 14 de marzo, Boff dejó un mensaje de alerta, pero también de esperanza.

Dialéctica territorial y conflictos socio ambientales en Latinoamérica: su compleja objetivación

Para las comunidades locales y pueblos originarios de Latinoamérica, los problemas sobre territorio y ambiente son una expresión histórica de antiguas reivindicaciones y demandas insatisfechas en torno a la defensa de sus culturas y hábitats, a contracorriente de las prácticas de explotación de recursos naturales y de las externalidades ambientales negativas producidas por operadores externos. De hecho las dinámicas territoriales de hoy en día son controversiales y condicionadas por grupos económicos dominantes, al amparo de las políticas desreguladoras de los gobiernos, la expansión del capitalismo global y sus implicaciones con la crisis ambiental y el cambio climático, generando una nueva dialéctica territorial y un alto impacto y conflictividad socio ambiental.