Las ciudades alteran la forma en la que evoluciona la vida
La adaptación de los seres vivos a las urbes tiene múltiples efectos sobre las poblaciones y los ecosistemas. Un estudio global sobre el … Leer Más
La adaptación de los seres vivos a las urbes tiene múltiples efectos sobre las poblaciones y los ecosistemas. Un estudio global sobre el … Leer Más
En su novela Nueva York 2140, Kim Stanley dibuja una imagen triste pero científicamente plausible del mundo por venir. A medida que el … Leer Más
¿Por qué no estamos sorprendidos? Ayer mismo, casi me atropella una persona que conducía en el carril de bicicletas para poder girar a … Leer Más
En el 2002, “se le prendió el bombillo” y se le ocurrió una forma de iluminar su casa durante el día sin electricidad, usando únicamente botellas de plástico llenas de agua y un poquito de cloro, fue tan bueno que su idea llegó a diferentes partes del mundo. Y se tiene previsto que su sistema se implemente en un millón de hogares a principios de 2014.
Muchos de los alimentos procesados en el supermercado contienen transgénicos o residuos de herbicidas de Monsanto. Pero se puede comenzar a burlar este sistema alimenticio. En la mayoría de los espacios urbanos, con la suficiente creatividad y dedicación, es posible hacer crecer una parte considerable de los alimentos que necesita una familia.
Mientras los campesinos por todo el mundo sufren los efectos de esta ofensiva corporativa contra la agricultura tradicional, son los pobres urbanos quienes sufren los más agudos riesgos de desnutrición en esta crisis alimentaria. Su alimentación y nutrición es completamente dependiente de la industria alimentaria mientras sus sueldos no suben al ritmo suficiente como para evadir el hambre. Es claro que necesitamos soluciones alternativas. Grupos comunitarios en incontables ciudades han comenzado huertos urbanos en los barrios pobres y ofrecen una alternativa nutricional para quienes sobreviven comiendo postres callejeros y comida chatarra.
La propuesta de las bicicletas públicas constituye una opción barata, rápida de instalar, accesible, flexible. Los beneficios para las áreas urbanas, sus habitantes y visitantes son muchos. Estos van desde moverse de un sitio a otro ejercitándose, hasta moverse sin contaminar y a bajo costo, lo que traería como consecuencia espacios públicos menos ruidosos, menor consumo de combustibles fósiles, mayor velocidad de movimiento y optimización de uso de la vía por el poco espacio que ocupa la bicicleta, menor congestión.
No es suficiente denostar la mega minería, los biocombustibles o la quema de hidrocarburos para salvar el Planeta, si no entendemos que todas esas actividades en la mayoría de los casos son meras subsidiarias de las multinacionales automotrices. El auto, con motores de combustión interna o eléctrica, siempre producirá las mismas consecuencias dañosas, ya que el origen de los males está en su propia esencia.
La Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) pasará por encima de los humedales: Guaymaral, Capellanía, Torca, Tibabuyes (Juan Amarillo) y Conejera, afectando no sólo a los cientos de especies endémicas y migratorias que habitan estos ecosistemas, sino también a los 3.200.000 habitantes de los barrios aledaños, ya que como bien se conoce el humedal actúa como una esponja que absorbe el agua en época de lluvias, por lo que su destrucción está causando inundaciones, enfermedades, epidemias y contaminación, que se suman a las catástrofes naturales generadas por la mala planeación del territorio en el país.
Las influencias causadas por una ciudad sobre su entorno y sobre las condiciones de vida de sus habitantes siempre existieron. Pero la enorme expansión de su territorio en los últimos tiempos y la mutación en su comportamiento dieron origen a problemas ambientales, sociales y económicos sin precedentes en dimensión y características. Ya que parece que este modelo de desarrollo ha llevado a transformar estos centros en lugares inhóspitos, donde hay cada vez más contaminación del aire, agua, suelo, más pobreza, menos seguridad, menos naturaleza.
La contaminación sonora es algo con lo que lidiamos día a día. Convivir diariamente con ruidos no sólo puede tener consecuencias irreversibles en las estructuras del oído y provocar sordera, sino que aumenta considerablemente el riesgo de padecer un accidente vascular, altera el sueño y dispara los niveles de estrés, produciendo incluso falta de deseo sexual. Se ha constatado también que las personas que soportan día a día niveles sonoros extremos padecen cansancio crónico, tienen hipertensión, cambios en la composición química de la sangre, entre otros problemas.
Las ciudades se instalan sobre ecosistemas naturales totalmente modificados por el hombre. La modificación del paisaje es total. La matriz original es reemplazada por el cemento que cubre el suelo alterando la relación entre la infiltración y el escurrimiento del agua de lluvia y reduciendo la circulación de nutrientes; el hábitat natural ha sido reemplazado con construcciones y la biodiversidad original ha sido reemplazada por una única especie, el hombre. Este sistema ya no es capaz de producir. Para abastecerse requiere de sistemas proveedores naturales y productivos. Tampoco es capaz de digerir los desechos que produce, debe recurrir a otros ambientes para volcar sus residuos.
Un tercio de las personas que habitan en ciudades viven en chabolas, ranchitos, tugurios, favelas o barrios miseria, soportando toda clase de condiciones indignas. Son necesarias, entre otras cosas, políticas fiscales de redistribución de la renta, nueva fiscalidad ecológica, gasto público encaminado a erradicar la pobreza y, sobre todo, creación de los puestos de empleo.
En el futuro inmediato no se vislumbran cambios significativos de las causas estructurales que han actuado como fuerzas centrípetas atrayendo población desde el campo hacia las ciudades. Los últimos estudios realizados en varios países latinoamericanos indican que ni la puesta en práctica de políticas de inversión y promoción de actividades primarias localizadas en el campo produciría un fenómeno de desplazamiento demográfico hacia el mismo.
Las ciudades, durante largas épocas fueron destacados centros de producción, desarrollo social, innovación y creatividad, han devenido en los últimos tiempos en espacios cada vez más inhóspitos en los que se multiplican la pobreza, la violencia, la marginación y la degradación del entorno.
La mayoría de los Estados de nuestro continente han firmado convenios y tratados mediante los cuales se han comprometido no solo a satisfacer la necesidad de vivienda e infraestructura a sus habitantes, sino a cumplir y hacer cumplir el Derecho a la Vivienda, considerado como un Derecho Humano Fundamental para todos los habitantes del planeta.