Las inundaciones y la ley de bosques…

La mayoría de los especialistas consultados, por estos días, en relación a los lamentables hechos de inundaciones suscitados en nuestras Sierras Chicas, coinciden en señalar, que este fenómeno natural, se vio favorecido por la tala indiscriminada de nuestros bosques nativos ocurridos durante los últimos 10 años, para dar paso al avance de la frontera agrícola (soja), el desarrollismo inmobiliario, mega-emprendimientos privados, obras de infraestructuras improvisadas, etc. Al respecto considero oportuno recordar, como se gestó, como se discutió, y como se terminó aprobando, en nuestra legislatura Provincial, la ley 9814 de bosques nativos.

Los Bosques Nativos y el efecto esponja

El documental describe la situación de desmonte progresivo del bosque nativo, la sobreexplotación de la Tierra y los bienes naturales en la provincia de Córdoba (Argentina), así como las consecuencias que esto implica, tales como la pérdida de servicios ambientales, que se vive actualmente en la región.

A lo largo del filme, se subraya la importancia de conservar el bosque o monte nativo en todos sus estadios, destacando la posibilidad de su uso sustentable en las áreas que así lo permiten, y especialmente la relación directa que existe entre el buen estado del monte y el de las cuencas que nos proveen de agua durante todo el año.

El árbol y el bosque

Informes oficiales y de investigadores explicitan el saqueo del monte nativo. En Argentina se arrasan 36 canchas de fútbol por hora. El impacto ambiental y social del desmonte.

Clima, inundaciones, responsabilidades

Qué tenía el territorio hace unas décadas, en algunos casos, hace unos años y que ahora no tiene? Monte. El “avance de la frontera agrícola” como le gusta decir al tecnoprogresismo ha significado desmonte. Mucho desmonte y preparación de tierra para cultivo en siembra directa. Hay palabras como “manejo responsable” que huelen a asesinato dichas por referentes del nuevo mundo agrícola; el mundo de los muchos dólares y los muchos enfermos. Claro, como recordaba Yupanqui, los enfermos son del pobrerío y los dólares, ajenos.