No todos los mamíferos terrestres resisten igual la crisis climática
Un estudio, liderado por científicos españoles, demuestra que la relación entre evolución y cambio climático depende de la especialización ecológica de los animales. … Leer Más
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El origen de la maca se remota unos 2.500 años en el tiempo: ya era consumida por pueblos aborígenes del altiplano y utilizada … Leer Más
Llevamos ya muchos años atrapados bajo la palabra resistencia, hemos marcado un camino largo y muy desigual. Participamos de una guerra de guerrillas, … Leer Más
Los antibióticos son ampliamente utilizados en la producción de carne de res, cerdo y pollo, pero existe la preocupación de que el uso … Leer Más
Los documentos filtrados revelan propuestas descartadas para evitar la resistencia a los antibióticos a través de un análisis más detallado de las firmas … Leer Más
Muchas de las bacterias de las enfermedades más comunes, como la neumonía, se están haciendo resistentes a los antibióticos y esto representa ya … Leer Más
El bambú es uno de los materiales usados desde más remota antigüedad por el hombre para aumentar su comodidad y bienestar. En el mundo de plástico y acero de hoy, el bambú continúa aportando su centenaria contribución y aun crece en importancia.
Pascua Lama, la mina de oro de Barrick Gold, está congelada por decisión de la Corte Suprema de Chile. Monsanto debió paralizar la construcción de una planta de semillas en Córdoba por la masiva oposición de la población. Las grandes empresas extractivas empiezan a cosechar derrotas. En toda la región latinoamericana se suceden conflictos por la resistencia de los pueblos a un modelo que destruye el medio ambiente y limita la posibilidad de que las comunidades sigan cultivando la tierra y viviendo como ellas desean. Entre ellos, destacan los conflictos contra la minería y contra las fumigaciones y cultivos transgénicos.
“Somos comunalidad, lo opuesto a la individualidad, somos territorio comunal, no propiedad privada; somos compartencia, no competencia; somos politeísmo, no monoteísmo. Somos intercambio, no negocio; diversidad, no igualdad, aunque a nombre de la igualdad también se nos oprima. Somos interdependientes, no libres. Tenemos autoridades, no monarcas. Así como las fuerzas imperiales se han basado en el derecho y en la violencia para someternos, en el derecho y en la concordia nos basamos para replicar, para anunciar lo que queremos y deseamos ser”.
De cara al Foro Social Mundial de Túnez. Cuando el joven desempleado tunecino Mohamed Bouazizi se inmoló públicamente el 17 de diciembre de 2010, no imaginaba que su rabia individual explotaría rápidamente en indignación casi universal. Reconvertido en verdulero, y harto por el acoso oficial que le impedía trabajar libremente con su carretón, la denuncia de Bouazizi detonó en pocos días movilizaciones masivas en su país. Muy rápidamente, su indignación y la de su tierra desbordaban las fronteras regionales y continentales.
El sistema necesita con urgencia, además de su plan A (seguir con los negocios como lo hace habitualmente: business as usual), un plan B (la conquista del alma de las gentes y de las resistencias sociales). Pues tampoco es tan poderoso como aparece a primera vista, porque si lo fuera no tendría necesidad de invertir tantos millones de dólares en Responsabilidad Social Corporativa (RSC), lavado verde, lobbying, publicidad y clientelismo a través de ONGs leales a sus intereses.
Zyklon B era la marca registrada de un insecticida a base de cianuro que se usó en la Alemania nazi durante el Holocausto, para asesinar a millones de personas. Actualmente, el cianuro lo producen aún en Alemania y de ahí lo traen a América Latina –incluido México, no lo olvidemos–. En Europa está prohibido (2011 fue el año límite para acabar con su uso, a petición expresa del Parlamento de la Unión Europea), y lo mismo en Canadá. Hay más oro en las montañas de Canadá que en México, pero no lo extraen para no destruir sus bosques.
Colombia, país con una de las mayores riquezas hídricas del mundo, está hoy amenazada por el boom minero. Ya está solicitado más del 40% del territorio nacional, en buena parte, alta montaña, por empresas mineras colocando en riesgo tanto las fuentes de agua, como la soberanía alimentaria, la megadiversidad y las formas de vida tradicionales. El tema minero está hoy dentro de las preocupaciones del pueblo colombiano y en ello ha contribuido la lucha por la defensa del páramo de Santurbán. Así lo evidencian múltiples grupos creados en las redes sociales, blogs, videos, noticias, comentarios que levantan la voz de los medios alternativos de comunicación, mientras en los medios regionales y nacionales, el debate continua, y se registran a diario noticias y editoriales.
El uso excesivo de antibióticos promueve el desarrollo de resistencia a drogas para los patógenos humanos. Cuando tomamos un antibiótico para eliminar una infección, en gran medida su carga efectiva se agota en el interior del cuerpo. Pero, una parte es desechada con la orina y las heces, llegando al ambiente (mares, ríos, cuencas cerradas, sistemas lacustres, pozos negros) con su poder antimicrobiano activo. Lo mismo ocurre cuando desinfectamos nuestro hogar o nos lavamos las manos con jabones antisépticos, cuyos principios activos se escurren por las cañerías. En los ambientes adonde llegan finalmente, suceden dos cosas: la primera es la muerte de numerosos microorganismos, que de hecho, resultan ser la base de la cadena trófica de los ecosistemas. La segunda consecuencia es la generación de resistencia de las bacterias a esos antimicrobianos, que induce al empleo de mayores concentraciones de antibióticos para su tratamiento en los organismos vivos, llegando a límites peligrosamente cercanos a la intoxicación.
El ‘modelo minero’ -como caso extremo del extractivismo primario-exportador en general- condensa una multiplicidad de expropiaciones neocoloniales: en primer lugar, la expropiación ‘ecológica’ del territorio, del suelo y el agua como fuentes indispensables de vida; la expropiación económica, es decir, la de los medios de vida y formas de trabajo históricamente vinculadas a las economías locales que se ven amenazadas y desplazadas por la nueva ‘actividad global’; finalmente, la expropiación cultural y política, ligada tanto a la imposición de una nueva ‘identidad’ fabricada desde las necesidades gerenciales de los ‘administradores del poder’, cuanto a la negación y avasallamiento de los derechos más elementales de las poblaciones, los derechos formalmente consagrados por la Constitución, y el derecho básico a decidir sobre las propias formas de vida.
Ciertamente es complicado ser un hondureño pobre. Peor es ser pobre en resistencia, ya que a los males de siempre se une el riesgo permanente de caer victima de la feroz represión de los asesinos en el poder. Los motivos del golpe de Estado, por si alguien lo ha olvidado, son esencialmente económicos. Los demás intereses, incluidos los políticos, vienen derivados de ellos. Los delincuentes que propiciaron el golpe (no sus ejecutores), vieron como una amenaza demasiado cercana la posibilidad de que las mayorías populares tuvieran la opción de decidir sobre sus intereses.