El anuncio del presidente Donald Trump de aplicar aranceles del 100 % a los medicamentos importados a partir del 1 de octubre de 2025 marcó un antes y un después en la política comercial de Estados Unidos. En este caso, la decisión fue calificada como la más drástica en la historia reciente del sector farmacéutico; busca reducir la dependencia externa y fortalecer la manufactura nacional.
Se modifica la política comercial farmacéutica por aranceles
Sin dudas, el uso de aranceles como herramienta para proteger a la industria estadounidense no es nuevo, pero aplicarlos a medicamentos constituye un cambio de rumbo porque la medida incluye todos los fármacos importados, con excepción de aquellas farmacéuticas que instalen plantas de producción en territorio nacional.
Según Trump, el objetivo es “reducir el déficit fiscal y recuperar el liderazgo manufacturero”. En 2024, las importaciones farmacéuticas de Estados Unidos alcanzaron los 233 mil millones de dólares, según el Census Bureau (este acuerdo global es el que pidió Sheinbaum con Estados Unidos). Una parte clave de los medicamentos proviene de Irlanda, Suiza y Alemania, mientras que China e India son los principales proveedores de insumos y genéricos.
Con la nueva disposición, el precio de estas importaciones podría duplicarse al cruzar la frontera. Allí, el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, advirtió que la medida no solo perjudicará a países exportadores. “Tienen muchos efectos negativos, para nosotros, para otros países y para ellos… De entrada, estamos en contra de ese tipo de decisiones”, señaló.
Los riesgos que podrían enfrentar los pacientes y aseguradoras
El primer impacto de los aranceles será sobre el gasto en salud; programas como Medicare y Medicaid, que atienden a decenas de millones de pacientes, verán encarecida la compra de fármacos de alto costo, incluidos biológicos y terapias contra el cáncer.
En tal caso y de ser así, las aseguradoras privadas también enfrentarán un aumento en los costos, lo que podría derivar en mayores copagos y limitaciones en coberturas. La Food and Drug Administration (FDA) ya había advertido sobre la vulnerabilidad de la cadena de suministro en medicamentos esenciales como insulina y antibióticos.
Con un arancel de estas dimensiones, el riesgo de escasez se incrementa y amenaza con golpear a hospitales y clínicas de todo el país. Entonces, para los pacientes sin un buen seguro, el panorama es aún más complejo debido a que el encarecimiento de los medicamentos importados generará barreras adicionales para acceder a tratamientos, ampliando las desigualdades en salud dentro de la sociedad estadounidense.
Hubo reacciones internacionales y México supo dar su postura
El anuncio de Trump provocó reacciones, porque la Federación Europea de Industrias Farmacéuticas (EFPIA) expresó su preocupación y recordó que recientemente se habían acordado límites de hasta 15 % en negociaciones con la Unión Europea y Japón.
En Asia, los laboratorios registraron caídas en sus valores bursátiles tras conocerse la noticia. En cambio, en México, se iniciaron contactos con la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) para precisar el alcance del gravamen.
Cabe mencionar que el funcionario Ebrard adelantó que presentará argumentos formales en busca de reducir o eliminar el impacto. “Primero hay que ubicar qué implica, hablar con las autoridades comerciales para ver cómo se traduce en términos reales, qué producto se incluye, cuándo se va a aplicar y cómo”, explicó.
Además, Ebrard sostuvo reuniones con el embajador chino, Daojiang Chen, en las que se alcanzaron “muy buenos términos”; por eso, también el funcionario subrayó que el déficit comercial con China creció 83 % entre 2020 y 2025 (acá los fármacos que van a recibir impulso), un ritmo que considera insostenible. Para México, este nuevo contexto obliga a diversificar relaciones y defender la estabilidad de su balanza externa.