El anuncio llegó temprano, en una mañanera donde Claudia Sheinbaum confirmó que el salario mínimo volverá a incrementarse en 2026 y que este ajuste, según su equipo económico, no provocará presiones inflacionarias; desde la Secretaría de Hacienda hasta el Banco de México, afirmó, existe consenso técnico para avanzar.
Aumento sin impacto inflacionario: según Sheinbaum
Para dar tranquilidad, la presidenta explicó que el aumento para el próximo año no generará efectos adversos en los precios, pues los análisis coinciden en que el costo laboral dentro de la producción no elevaría el precio final de bienes y servicios. «No implicaría incrementos ni en los productos y, por tanto, tampoco en la inflación», explicó.
Asimismo, la presidenta dejó ver el trasfondo de la noticia que encabezaría el día, pero el aumento del salario mínimo, así como la reducción paulatina de la jornada laboral. También el día anterior la presidenta informó sobre los avances de la Estrategia de Trato Digno, pero además, este planteo de las horas de trabajo surgió de meses de trabajo conjunto entre instituciones, especialistas y sectores productivos.
Marath Bolaños López, titular de la Secretaría del Trabajo, recordó que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos y algunas instancias financieras participaron en la evaluación técnica, algo que, según explicó, se replicó desde los ajustes aplicados en la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Un incremento que supera récords históricos
El aumento pactado para el 2026 coloca el salario mínimo general en 315,04 pesos diarios, un ajuste del 13% respecto a los 278,80 actuales. En términos mensuales, el ingreso alcanzará los 9,582.47 pesos. Se trata de un salto importante, uno que, según su propia administración, forma parte del compromiso 56 de los «100 compromisos del segundo piso de la transformación».
En la zona libre de la frontera norte, el ajuste fue aún más alto: un 35%. Con ello, el salario pasará de 419.88 pesos diarios a 440.87, es decir, 13,409.80 pesos al mes. Según expuso el equipo laboral, esta región ya cumple con una meta clave: garantizar un ingreso capaz de cubrir 2,8 canastas básicas.
Bolaños López indicó que, con este ritmo de recuperación, el salario mínimo habrá recuperado 154,2% de poder adquisitivo al inicio del 2026, alcanzando niveles no vistos desde 1980, lo que demuestra el contraste con las décadas de precarización durante el periodo neoliberal; fue inevitable en su discurso.
La reducción gradual de la jornada laboral y el impacto del consumo
Mientras el enfoque nacional se centraba en el salario, Sheinbaum aprovechó para presentar un tema muy importante: la reducción paulatina de la jornada laboral, de 48 a 40 horas semanales, haciendo hincapié en que no se trata de un cambio inmediato, sino de un avance «paso a paso», como ella misma lo describió.
El acuerdo, destacó, fue fruto del consenso entre empleadores, trabajadores y representantes laborales, allí la mandataria agradeció públicamente este refuerzo conjunto, calificándolo como «una muy buena noticia para todas y todos los mexicanos». La reforma busca equilibrar productividad y bienestar, permitiendo a las familias mexicanas recuperar tiempo de vida.
Asimismo, el gobierno explicó que el nuevo salario permitirá adquirir, por ejemplo, 7,1 kilos de frijol, 6,5 kilos de huevo y 14,8 kilos de tortilla porque son referencias concretas, pensadas para aterrizar el impacto del ajuste en la vida cotidiana. También mostraron gráficas que detallan la trayectoria ascendente del ingreso mínimo durante los últimos años.
Bajo esta lógica, la administración insistió en que el fortalecimiento del salario es un eje central de la política económica, porque la capacidad de compra, dijeron, se acerca a la meta de 2,5 canastas básicas proyectadas para 2030; esto marcará la política laboral de los próximos años, sobre todo por las declaraciones de Sheinbaum, por un nuevo incremento del salario mínimo y el camino hacia jornadas más cortas.