La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, volvió a abordar públicamente el incidente ocurrido el 4 de noviembre en el Centro Histórico, donde un hombre identificado como Uriel Rivera la tocó por la espalda, no respetando su espacio personal. Por eso, desde entonces, la mandataria no solo tuvo que realizar una denuncia, sino que también impulsó acciones legales y revisiones institucionales.
La denuncia formal y el seguimiento del caso
En los días posteriores, Sheinbaum confirmó que ya entregó un documento formal a la Fiscalía capitalina para integrar la denuncia, siguiendo el procedimiento que le indicó la propia fiscal. Y, mientras tanto, varios estados comenzaron a actualizar su normativa contra el acoso y el abuso.
En la conferencia matutina, la mandataria fue consultada por una periodista, por eso explicó que envió un escrito directamente a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México para que se integrara en la carpeta de investigación. Contó que la fiscal le aclaró que no era necesario acudir de manera presencial al Ministerio Público, indicándole que bastaba con un documento firmado, describiendo lo ocurrido, ese mismo texto sostuvo que ya está en manos de las autoridades.
Todo empezó el 4 de noviembre, cuando Sheinbaum caminaba por el Centro Histórico y un hombre se acercó por detrás para tocarla. Ella misma relató al día siguiente que presentaría una denuncia porque lo ocurrido, más allá de su investidura, reflejaba lo que viven miles de mujeres día tras día. La frase que marcó su postura en la conferencia matutina fue que «si esto le hacen a la presidenta, ¿qué va a pasar con las demás mujeres?».
Es importante mencionar que Rivera, el agresor, ya enfrenta procesos por denuncias previas de mujeres que señalaron comportamientos similares. Según informó la propia presidenta, el hombre se encuentra detenido por otros casos mientras continúa la investigación abierta por su agresión.
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