La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, cuestionó en conferencia de prensa, la nueva decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de convocar una sesión extraordinaria. Esta reunión, programada para el 19 de agosto, ocurrió apenas días después de la que se consideraba la última sesión del pleno antes de la renovación de la Corte el 1 de septiembre.
Contexto de la polémica tras la convocatoria de Norma Piña Hernández
Luego del cuestionamiento por parte de la presidenta, la convocatoria fue realizada por la ministra presidenta, Norma Piña Hernández, apenas una semana después de que se llevara a cabo lo que se consideraba la última sesión ordinaria del pleno antes del cambio de integración previsto para el 1 de septiembre.
El 12 de agosto, diez ministros participaron en una reunión en la que se abordaron resoluciones de inconstitucionalidad y asuntos electorales relacionados con la jornada del 1 de junio (esto deberá ser atendido por SCJN). En esa fecha, se dio por concluido el calendario de sesiones de la actual conformación de la Corte, entonces la ministra presidenta anunció la necesidad de un nuevo encuentro extraordinario.
La noticia generó reacciones inmediatas, especialmente por parte del Ejecutivo federal, ya que la decisión rompe con la idea de cierre institucional previo a la llegada de nuevos ministros. “Ayer era la última sesión”, sentenció Sheinbaum, al pedir explicaciones sobre el verdadero motivo de la nueva convocatoria.
La explicación oficial que brindó la SCJN
En el anuncio formal, Norma Piña justificó la convocatoria señalando que el 19 de agosto se discutirán dos acciones de inconstitucionalidad promovidas por la ministra Loretta Ortiz Ahlf, todo esto se encontraría relacionado con impugnaciones electorales que, según la presidencia de la Corte, requieren resolverse antes de que concluya el actual periodo del tribunal.
Asimismo, la sesión extraordinaria no busca revertir reformas de último momento ni atender temas fiscales polémicos, sino cerrar expedientes en materia electoral que quedaron pendientes. La Primera Sala, además, tenía programada una última discusión pública el 13 de agosto, con alrededor de 50 temas por revisar.
Pese a la explicación, la presidenta de la República mantuvo su postura crítica pero señaló que, aunque la Constitución permite a la Corte intervenir en ciertos asuntos electorales, no entiende por qué se dejó este trabajo para el final del periodo. “Habrá que preguntar por qué quieren una sesión extraordinaria… A lo mejor quieren revisar los impuestos de alguien que debe mucho”, expresó.
Las críticas de Sheinbaum y el impacto político
Sheinbaum consideró innecesario que el pleno actual trate los asuntos pendientes, ya que la nueva Corte, derivada de la reciente elección del Poder Judicial, podrá resolverlos. “Lo cierto es que ya se van… ¿Qué sentido tiene?”, cuestionó al referirse a los ministros que dejarán su cargo a partir de septiembre.
La mandataria también criticó el presupuesto aprobado por la SCJN, que asciende a 5 mil 870 millones de pesos entonces anticipó que, con la nueva integración del máximo tribunal, se reducirá el salario de las ministras y ministros, de manera que ninguno perciba más que la presidenta de la República, en cumplimiento del mandato constitucional.
Estas declaraciones forman parte de una narrativa política que acompaña a Sheinbaum desde el inicio de su gestión, enfocada en reformas al Poder Judicial y en la reducción de privilegios a altos funcionarios pero su postura refuerza la tensión institucional con la SCJN y anticipa cambios significativos en su funcionamiento interno (Sheinbaum rompe la tradición). Tras convocatoria de una sesión extraordinaria por parte de la SCJN, la ministra presidenta Norma Piña explicó que se trata de resolver acciones de inconstitucionalidad en materia electoral, Claudia Sheinbaum insistió en cuestionar el sentido de la medida.