Los principales referentes de la política del viejo continente condenaron los últimos ataques rusos sobre la capital ucraniana, que llegaron a alcanzar la sede de su gobierno y dejó un saldo de al menos dos muertos, entre ellos un niño de apenas un año de edad.
Golpe al corazón de Ucrania
En la madrugada del domingo, la población civil de Kiev fue testigo de un ataque masivo por parte de las fuerzas de la Federación Rusa, en lo que significó un nuevo récord en el uso de drones y misiles por parte de la potencia euroasiática, llegando a golpear por primera vez el Palacio Mirayinsky, sede del gobierno nacional de Ucrania.
La comunidad diplomática europea salió rápidamente a condenar la operación militar rusa, llegando a considerarla como la más grave desde que empezó la guerra en febrero del año 2022, renovando los llamados a fortalecer las sanciones contra Rusia y el apoyo militar a las fuerzas ucranianas.
Europa condenó los ataques
Ante un incidente de tal magnitud y masividad, que llegó a dañar la sede del Gobierno de Ucrania por primera vez, la comunidad internacional reacción condenado el ataque y responsabilizando a Rusia de no poner de su parte para poder alcanzar un acuerdo de paz en el este del viejo continente.
Una de las primeras en expresarse fue la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien apuntó directamente contra el gobierno ruso, al afirmar que “el Kremlin se burla de la diplomacia, pisotea el derecho internacional y mata indiscriminadamente”. Posteriormente, reiteró el compromiso de la Unión Europea de seguir y reforzar el apoyo a Ucrania, equipando a sus fuerzas armadas y profundizando en las sanciones contra Rusia.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ironizó una condena a la «versión de paz de Putin», haciendo énfasis en la importancia de la continuidad de las sanciones adicionales para presionar a Moscú a buscar una salida diplomática del conflicto.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, señaló que el ataque es una muestra más de que Rusia “se está atrincherando cada vez más en la lógica de la guerra y el terror”. Mientras que la primer ministra de Italia, Giorgia Meloni, señaló que “Rusia parece más interesada en aumentar la ferocidad de sus ataques contra Ucrania que en una vía negociadora para poner fin a las hostilidades”.
Keir Starmer, primer ministro del Reino Unido, declaró estar «consternado por el último y brutal ataque nocturno contra Kiev y toda Ucrania… Estos cobardes ataques demuestran que Putin cree que puede actuar con impunidad. No se toma en serio la paz”.
Ucrania sigue en pie
Mientras tanto, la primera ministra de Ucrania, Yulia Sviridenko, insistió en que la comunidad internacional debía aumentar su presión sobre Rusia, haciendo especial hincapié en el sector energético y en el suministro de armas para sus tropas. “Se necesitan nuevas restricciones que golpeen la máquina militar del Kremlin”, afirmó.
El informe realizado por las autoridades ucranianas asegura que, en el ataque ruso, se desplegaron más de 800 drones y una docena de misiles, la mayor cantidad utilizada desde que comenzó el conflicto, superando los 741 utilizados en los ataques del pasado 9 de julio.
Si bien el objetivo principal fue la capital, Kiev, otras ciudades como Odesa, Zaporizhzhia, Kremenchuk, Krivói Rog, Dnipropetrovsk y Sumi reportaron daños por bombardeos. Las imágenes de la sede de gobierno, difundidas por el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania, expusieron el alcance de los daños, siendo el techo y los pisos superiores del Gabinete de Ministros, la zona más dañada.
De momento, se investiga si la sede gubernamental era el objetivo principal del ataque, o si los daños fueron un efecto colateral producido por los fragmentos de drones y misiles que fueron interceptados.