En medio de una semana cargada de simbolismo para la oposición venezolana, María Corina Machado y Edmundo González volvieron a encontrarse en Oslo, dejando en claro que la ciudad, que suele asociarse con el diálogo y la diplomacia, dio lugar a esta reunión que, según ambos líderes, busca trazar un camino conjunto en un momento decisivo para Venezuela.
Un encuentro marcado por una semana intensa
En esta oportunidad, Machado había aterrizado en Noruega con una agenda apretada; tenía por delante reuniones, visitas institucionales y la inauguración de actividades vinculadas al Nobel que recibió este año.
Sin embargo, llegó a tiempo a la ceremonia; su hija, Ana Corina Sosa, fue quien recogió el galardón y leyó un discurso. También pasó que el presidente del Comité Noruego insta a la renuncia inmediata de Nicolás Maduro, pero sí alcanzó a cumplir con varios compromisos oficiales, pero en este caso, ambos hablaron de «la libertad de nuestro país» de manera concreta.
En este caso, el excandidato, que permanece en España por razones bien conocidas, lo expresó de manera breve en redes: «Hoy me he reunido con María Corina en una jornada de trabajo y planificación intensa. Estamos plenamente coordinados para los retos por venir».
Una audiencia real y un mensaje internacional
Horas antes del encuentro, Machado había sido recibida por el rey Harald V en el Palacio Real de Oslo, siendo que la acompañaron la reina Sonia y el príncipe heredero Haakon, pero claro, el gesto no pasó desapercibido.
Además, la Casa Real publicó un comunicado en donde insistió en que el Nobel se entregó por «su trabajo para garantizar los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha por una transición justa y pacífica».
Hay que considerar que ese respaldo internacional pesa, no solo en términos simbólicos, sino también en la presión diplomática que se mantiene sobre Caracas. La reunión con la familia real noruega sería como un reconocimiento a la causa democrática venezolana, algo que Machado destacó en sus intervenciones públicas.
Esto demuestra que la dirigente inauguró la Exposición del Premio Nobel de la Paz 2025, una muestra dedicada a su trayectoria y a la crisis de Venezuela, siendo que el presidente del Comité Noruega del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, estuvo allí, acompañando una jornada que fue bastante política pese a la demostración de gratitud por la lucha.
Señales políticas en un momento clave para Venezuela
La reunión con González encaja en medio de un contexto político bastante complejo, teniendo en cuenta que Nicolás Maduro decidió movilizar a la milicia indicando que solo le interesa la paz de su pueblo, demostrando un intento de persuadir el mensaje que manda la oposición, lo que lo enfrenta a presiones externas y un clima que obliga a ambas partes a recalcular estrategias a diario.
Machado y González sostienen esta lucha desde hace varios años, pero todo se agravó con las elecciones del 28 de junio, en donde denuncian que las actas reflejan que Edmundo Urrutia González le habría ganado la presidencia a Maduro; por eso ambos sostienen mantener una coordinación mínima para no diluir el mensaje opositor.
Oslo, lejos del ruido venezolano, fue el punto ideal para ordenar ideas, planificar y reencontrarse, después de meses de comunicación a distancia, dejando en claro el mensaje que se filtró de inmediato en las conversaciones políticas dentro y fuera del país, demostrando que no resolvió todo, claro, pero sí marcó un tono que muchos consideran imprescindible para lo que viene, porque la cita en Oslo fue una declaración política en sí misma. Con el contexto de que Trump apunta contra Maduro y le indica que tiene los «días contados», advirtiendo acerca del cierre del espacio aéreo, Machado y Urritia reafirmaron que buscan sostener el pulso democrático de su país.
