El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reunió en una sesión extraordinaria urgente durante el lunes 15 de diciembre, en la cual se hizo un llamado de emergencia a las autoridades electorales de Honduras para que inicien «de inmediato» el escrutinio especial de las elecciones celebradas el 30 de noviembre.
Presión de la OEA ante el escrutinio inconcluso
Han pasado casi dos semanas desde la votación que iba a definir al presidente, vicepresidente, alcaldes y diputados de Honduras. Sin embargo, el escrutinio se mantiene inconcluso y las autoridades electorales señalan problemas técnicos que impiden continuar con el conteo.
En ese contexto, la Misión de Observación Electoral (MOE) de la OEA hizo un llamado de emergencia a las autoridades hondureñas para que inicien el escrutinio especial de manera inmediata. Hasta el momento, y con el 98.8% de las actas escrutadas, los resultados muestran una diferencia de 2 puntos porcentuales entre Nasry Asfoura y Salvador Nasralla.
Según han señalado, aproximadamente 2770 actas presentan «inconsistencias» y han de ser sometidas a un recuento manual que determine si se cambia el resultado. Hasta no completar esa instancia de escrutinio especial no se publicarán resultados oficiales. Por ende, los más de 10 millones de habitantes hondureños llevan 16 días sin saber de manera oficial quién los presidirá.
El escrutinio se encuentra detenido por diversos factores
Las autoridades electorales de Honduras han declarado que existen problemas técnicos en forma de fallos en el sistema de procesamiento de datos, mediante el cual el Consejo Nacional Electoral (CNE) lleva a cabo el conteo. Además, señalaron que los partidos políticos aún no han acreditado de manera completa a sus representantes.
A la vez, centenares de partidarios del oficialismo se han manifestado frente a las instalaciones del CNE arrojando piedras y quemando neumáticos, impidiendo que los trabajadores electorales inicien el recuento manual de los votos.
La OEA considera que «la dilación no es justificable»
Eladio Loizaga, quien oficia de jefe de la Misión de Observación Electoral manifestó ante el Consejo Permanente que «la Misión hace un llamado urgente a las autoridades electorales para que se dé inicio de inmediato al escrutinio especial y se busquen todas las vías posibles para obtener los resultados en el menor tiempo posible».
Al mismo tiempo, fue contundente al afirmar que «la dilación actual en el procesamiento y publicación de resultados es injustificable» y que «a estas alturas resulta inaceptable culpar al software o a la empresa proveedora», asegurando que la población «necesita y merece certeza».
A pesar de las manifestaciones, la OEA considera que no hay indicios de fraude en las elecciones y considera que se llevaron a cabo «con normalidad y con alta preparación». Según el organismo, lo más preocupante ha sido la propagación de «narrativas de fraude» que minan la confianza pública, provenientes tanto del oficialismo como de la oposición.
Caos institucional y órganos electorales en jaque
En resumen, Honduras está experimentando un colapso de dos de sus instituciones más relevantes en cuanto a la administración de las elecciones: el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal de Justicia Electoral (TJE), algo que la OEA había advertido en noviembre.
La presidenta del CNE, Ana Paola Hall, manifestó en un comunicado al pueblo de Honduras que «es considerable el riesgo» de perder su libertad y que en consecuencia se pierda también el proceso electoral. A la vez hizo un llamado al Ejército para resguardar al personal de su organismo y las instalaciones electorales.
En caso de que continúe la situación, el futuro de las elecciones en Honduras es una incógnita, con distintos actores interesados y una democracia contra las cuerdas. Lo cierto es que el panorama es complejo, ante las posibilidades de una intervención internacional de la OEA, EE.UU., la UE o Naciones Unidas, movilizaciones masivas y un colapso institucional total.
