El día de hoy, 16 de junio, Naciones Unidas anunció este lunes que reducirá drásticamente sus programas de ayuda este año tras los peores recortes financieros sufridos por el sector humanitario, consecuencia en gran parte de la decisión de Estados Unidos de reducir al mínimo sus donaciones, por lo cual el nuevo plan de ayuda tiene un presupuesto de 29 millones de dólares, lejos de los 44 millones que la ONU pedía para este 2025.
Esto obligó a la organización a hiperpriorizar sus planes para ayudar a 114 millones de personas en el mundo en lugar del plan inicial de 180 millones, indicó un comunicado de la oficina de coordinación de asuntos humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA). Esta misma jornada la agencia de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) anunció la supresión de unos 3.500 puestos de trabajo.
Crisis sin precedentes
Según la OCHA, la ONU solo ha logrado recaudar hasta mediados de año 5.600 millones de dólares de los 44 millones que pedía, es decir, el 13% del total, insuficientes para hacer frente a la crisis humanitaria en Sudán, la franja de Gaza, la República Democrática del Congo, Birmania o Ucrania; por ende, la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de poner fin o disminuir la asistencia financiera estadounidense en el extranjero.
Es por ello que durante muchos años Estados Unidos fue el principal donante de ayuda para el desarrollo, por lo cual los recortes anunciados por la administración de Trump tendrán importantes consecuencias para la ayuda de emergencia, las campañas de vacunación y la distribución de medicamentos para combatir el sida, entre otros programas.
Los fondos estadounidenses representaban una parte significativa de los presupuestos de algunas agencias de la ONU y numerosas ONG, unas pérdidas imposibles de compensar en pocas semanas o meses; por lo tanto, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunció una decisión que podría costar la vida de millones de personas.
Consecuencias desgarradoras
Los recortes afectan a las acciones humanitarias en todo el mundo, como la lucha contra la tuberculosis en Bangladés o los programas de ayuda para el mayor campamento de indígenas y migrantes de Colombia en el desierto de la Guajira, donde por falta de presupuesto ya solo trabajan tres de las 28 ONG que había en el 2024.
Nos hemos visto obligados a hacer triaje en la supervivencia humana, dijo Tom Fletcher, el secretario general adjunto de asuntos humanitarios y coordinador de los socorros de emergencia de la ONU. No obstante, para hacer todo lo posible con menos presupuesto, la ONU establecerá una escala que clasifique la gravedad de las necesidades humanitarias.
La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) anunció este lunes una reducción mundial del presupuesto para su personal de alrededor del 30% por falta de financiación, o sea, una supresión de unos 3.500 puestos y cientos de contratos temporales. Por ende, la contribución estadounidense representaba estos últimos años un 40% del presupuesto de la agencia, unos 2.000 millones de dólares por año, indicó a finales de abril el jefe de ACNUR, Filippo Grandi, ante el Consejo de Seguridad.
Podría costar millones de vidas
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunció que la decisión de recortar el financiamiento podría costar la vida de millones de personas. ACNUR, por su parte, explicó que la reestructuración necesaria para enfrentar el nuevo escenario de escasez supone el cierre o reducción de tamaño de sus oficinas en todo el mundo. «A la luz de la difícil situación financiera, ACNUR se ha visto obligada a reducir la escala de sus operaciones”, admitió en un comunicado el alto comisionado de Naciones Unidas para los refugiados y jefe de la agencia, Filippo Grandi.