La planta del cáñamo o de cannabis se posiciona como una favorita para las nuevas soluciones sostenibles.
El mundo ha demostrado que hace falta un cambio, y que el mejor camino para llegar a un futuro adecuado para todos empieza por aplicar medidas sostenibles. Esta preocupación se está acercando a numerosos sectores, tanto al profesional como al particular.
Un simple vistazo al tejido empresarial deja claro que hay un claro interés por cambiar la forma de hacer las cosas. De hecho, el número de empresas sostenibles en España está creciendo. Los negocios quieren mejorar el cuidado del planeta a través de unas mejores prácticas, porque es algo que no solo protege al entorno, también mejora la eficiencia.
Cada empresa y cada sector aborda esta nueva filosofía siguiendo técnicas y métodos diferentes. Así, un ejemplo que está reflejando bastante este cambio mira directamente al sector de la materia prima. La explotación de cultivos y las técnicas empleadas en el ámbito agrario también están haciendo daño al entorno.
¿Y cómo se está buscando cambiar en este terreno? Mirando también a otras plantas. Una de las que más fuerza está ganando es el cáñamo. Aunque vinculada a la dudosa legalidad por algunos de sus usos, lo cierto es que esta planta está mostrando al mundo unas propiedades de lo más interesantes. Es versátil, es poco contaminante y, además, puede emplearse en muchos sectores diferentes.
¿Por qué el cáñamo en lugar de otras plantas?
La variedad de semillas que existen actualmente en el mercado hacen que, precisamente, haya muchas variantes de esta planta. Algo especialmente interesante porque, si bien tiene unas propiedades de base especialmente atractivas a nivel de producción y contaminación, las categorías en las que se ramifica van presentando una por una cualidades especiales.
Un buen ejemplo es el de las semillas autoflorecientes. Requieren poco cuidado, y eso significa que la empresa encargada de su cultivo tiene que invertir menos en su cuidado y mantenimiento, y sin riesgo de que la plantación se acabe estropeando y la producción se reduzca.
Aun así, lo más importante es precisamente su capacidad productiva. Se puede hacer una comparativa bastante reveladora si nos adentramos en la industria textil. Una plantación de una hectárea de algodón sirve para generar 400 kilogramos de fibra útil para tejidos.
¿Cuánto se puede producir de fibra textil con una hectárea de cáñamo? Al menos 2 toneladas de fibra. Las diferencias son obvias en cuanto a cantidades, y eso es especialmente interesante precisamente para la industria de la ropa y el textil. Con menos espacio, se aumenta la productividad y se tiene una mayor cantidad de materia prima.
Ahora bien, no todas las variantes de cáñamo son útiles para esto. Sin ir más lejos, las semillas feminizadas no son válidas para este tipo de plantaciones dadas las cualidades que presentan. Eso sí, los casos de este tipo se pueden contar con los dedos de una mano, lo que no hace más que demostrar las calidades de esta planta.
Crecimiento rápido y coste mínimo
La cantidad es importante, pero hay otros factores que son también muy influyentes no solo para el rendimiento económico de un negocio, sino también para la huella que se deja en el medio ambiente. Ahí es donde el cannabis sigue teniendo cosas que ofrecer, sobre todo por su capacidad de desarrollo.
Fuerte y resistente, no necesita tratarse con pesticidas para estar protegida frente a agentes externos, algo importantísimo de cara al entorno. Por otra parte, su tasa de crecimiento es muy veloz.
Una planta de cáñamo puede alcanzar su madurez en tan solo 6 meses. En cambio, un árbol de cualquier tipo puede necesitar hasta 20 años para alcanzar esa misma etapa. Punto muy a favor para esta planta, y que precisamente también la vuelve interesante para terrenos donde la madera sea necesaria. Puede no ofrecer las mismas propiedades, pero bien tratado, el cáñamo puede funcionar en este terreno también.
También se puede hablar del coste que supone la extracción de esta planta del suelo en el que está plantada. Extraerla y recolectarla es 7 veces más fácil que con cualquier árbol, y sí, eso también significa que es 7 veces más barato.
Una solución que necesita menos tiempo en la tierra, que no requiere dañar el entorno con pesticidas ni sustancias peligrosas, que es fácil de recolectar, que da una producción enorme en cantidades. Cumple todos y cada uno de los puntos que cualquier empresa pueda buscar ya no solo cuando persigue la máxima sostenibilidad, sino también cuando persigue la máxima productividad.
Por eso la popularidad del cáñamo está creciendo tanto en el ámbito profesional. Es más productiva y es más sostenible, es una planta que presenta numerosas ventajas frente a otras más tradicionales y asentadas. Puede que siempre se la haya vinculado a un terreno peligroso, pero sus posibilidades van mucho más allá, y sus ventajas están claras.