La influencia humana sobre el cambio climático alimentará olas de calor más extremas en los Estados Unidos
Los investigadores proporcionan análisis de los patrones de las olas de calor de los Estados Unidos vinculados al cambio climático
El cambio climático causado por los humanos provocará olas de calor más extremas en el verano en los EE. UU., Incluso en California y el suroeste ya en 2020, según una nueva investigación.
El nuevo análisis de patrones de olas de calor en los EE. UU., Dirigido por científicos de la Universidad de Miami Rosenstiel de la Escuela de Ciencias Marinas y Atmosféricas (UM) del Instituto Cooperativo de Estudios Marinos y Atmosféricos (CIMAS) y sus colegas, también descubrió que el clima creado por los humanos el cambio será un factor determinante para las ocurrencias de olas de calor en la región de los Grandes Lagos para el año 2030, y en las llanuras del norte y del sur para 2050 y 2070, respectivamente.
El cambio climático de origen humano es el resultado del aumento del dióxido de carbono y otras emisiones creadas por el hombre a la atmósfera.
“Estos son los años en que las contribuciones humanas al cambio climático llegarán a ser tan importantes como la variabilidad natural al causar olas de calor”, dijo el autor principal Hosmay López, un meteorólogo de CIMAS basado en el Laboratorio Meteorológico Oceanográfico Atlántico de la NOAA. “Sin la influencia humana, la mitad de las olas de calor extremas que se prevé ocurrirán durante este siglo no sucederán”.
El estudio, publicado en la edición en línea del 19 de marzo de 2018 de la revista Nature Climate Change, tiene implicaciones importantes para la creciente población en estas regiones ya que las olas de calor, que son la causa número uno de muertes relacionadas con el clima en los Estados Unidos, ya aumentó en número y gravedad en las últimas décadas y se prevé que aumente hasta bien entrado el siglo XXI.
López y sus colegas usaron modelos climáticos junto con datos climáticos históricos de 1900 a 2010 para proyectar los patrones futuros de las olas de calor en los Estados Unidos durante los meses de verano de junio a agosto. Los escenarios de cambio climático identificaron cuatro regiones donde el cambio climático provocado por el hombre sería la causa principal de los extremos del calor, superando la variabilidad climática natural. Los investigadores definieron eventos extremos de ola de calor como tres o más días de altas temperaturas récord.
“El crecimiento de la población junto con el hecho de que el calor extremo es la principal causa de muerte relacionada con el clima en los Estados Unidos exige la necesidad de identificar los roles relativos de la variabilidad interna y el cambio climático causado por los humanos en estos extremos”, dijo López. “Este trabajo proporciona un avance significativo en la comprensión científica de las proyecciones futuras de las olas de calor”.
Los investigadores dicen que la variabilidad climática regional, como las diferencias en la circulación atmosférica, la precipitación y la existencia de espacios verdes, afectan cuando el cambio climático causado por los humanos se convertirá en el principal impulsor de los eventos extremos de calor. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que un patrón de circulación de aire baja y rápida en las Grandes Llanuras, un tipo de variabilidad natural, retrasará la aparición de cuando el cambio climático causado por el hombre sería la causa principal de las olas de calor en esta región.
Comprender las fuerzas impulsoras detrás del aumento proyectado en la ocurrencia y la severidad de las olas de calor es crucial para la seguridad de la salud pública y necesario para que las comunidades desarrollen estrategias extremas de mitigación del calor, dijeron los autores.
Fuente de la historia:
Materiales proporcionados por la Escuela de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami Rosenstiel.
Referencia de la revista:
Hosmay Lopez et al. Emergencia temprana de ondas de calor forzadas antropogénicamente en el oeste de los Estados Unidos y los Grandes Lagos. Nature Climate Change, 2018 DOI: 10.1038 / s41558-018-0116-y