1. Transforma tu día a día lo más sustentable y ecológico que puedas. Evita la compra de productos industrializados con packaging. Usa el menor plástico que puedas; reciclalo o reutilizalo. Usa bolsas de tela para evitar que en el supermercado de den nuevas bolsas. Fijate qué sucede con tu basura: ¿es cada vez mayor o menor? Y no olvides: cuanto menos papel se utilice, menos árboles se seguirán talando. La Amazonia está siendo devastada.
2. Fomenta el compost dentro y fuera de la ciudad. Predica con el ejemplo. La reducción de desperdicios para aumentar los fertilizantes es un salto cuántico fundamental.
3. Potencia las economía locales y regionales. Compra a productores de la zona. Cuanto menos transporte, menos se daña el aire, el agua y todos los recursos. Conciencia global con acción local.Colabora en la difusión en las redes sociales de noticias a favor del cuidado del medio ambiente, los espacios naturales nativos y las culturas ancestrales.
4. Alimentate de la manera más sana que puedas. La Pachamama te lo agradecerá. Si tu economía o posibilidad logística te lo permiten, consume alimentos orgánicos o al menos agroecológicos (con o sin el sello, eso da igual), sin agroquímicos (pesticidas, herbicidas, etc). Ni hablar de alimentos transgénicos. El monocultivo trangénico está destruyendo los suelos de América Latina (en Argentina es el 60% de la siembra). Especialmente la soja, que termina alimentando a los chanchos en China (sí, así es). Si se reduce el consumo transgénico, en pocos años los productores se verán obligados a volver a los sistemas tradicionales sin agroquímicos.
5. También contribuye con la difusión de contenidos positivos sobre la conciencia global natural: los avances en el reciclado de plástico en las grandes urbes, la reutilización de la basura, el crecimiento de los centros permaculturales- como así también en las denuncias sobre la destrucción y contaminación del planeta. Genera conciencia tanto las noticias por nuestra evolución como por aquello que daña a la Pachamama.
6. Trata de consumir la menor cantidad de energía posible en tu hogar. Si vas a construir un hogar, estudia muy bien, a fondo, la sustentabilidad energética del espacio (cómo calentar el lugar, de qué manera). Apuesta por las energía limpias o renovables (paneles solares, tanques regeneradores, etc).
7. Haz servicio desinteresado: acude a voluntariados (bioconstrucción, huertas orgánicas permacultura), actividades sociales -llevar tus dones y talentos a cárceles y hospitales, por ejemplo-. Dedica algunos momentos de la semana para ayudar a otros solo por el placer de ayudar a otros. La recompensa es intangible, pero enorme. El llamado sevaka (India) o workship contribuyen a la paz y armonía de todos. Para quienes lo practican de forma regular, es una enorme herramienta de purificación interna.
8. Dale a tu cuerpo espacio en la naturaleza, vivas en ella o no. La mente y el cuerpo necesitan oxigenarse al menos dos veces por mes del cúmulo de las toxinas que habitan en las grandes urbes. Toxinas químicas por mala alimentación, alcoholismo, tabaquismo o consumo compulsivo de psicofármacos, como así también toxinas psicológicas por nuestros relacionamientos, conflictos y manipulaciones.
9. Si viajas, manten todas las recomendaciones que se acaban de enumerar. Trata de no dejar huella por donde pases. Respeta y procura no alterar las tradiciones y costumbres de cada sitio que visitas. Toda la Pachamama, cada espacio, es sagrado.
10. Sé canal de la luz y el amor que habitan dentro de ti. Ponlos en movimiento. La Pachamama está siendo dañada básicamente por la mente humana, que está liderada por los patrones del miedo, el control y deseo de poder. Trata de meditar algunos minutos por la mañana, participar de algún tipo de circulo de cantos -despierta la alegría- y de tener tu cuerpo y energía en constante movimiento. Todo lo que se estanca, se oscurece. El río interno en constante fluir te hará feliz a ti y a quienes te rodeen. No hay que convencer a nadie de nada. Sé el cambio que quieres ver y los demás cambiarán por vibración.
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