¿Por qué los cactus tienen espinas en lugar de hojas?

Los cactus o biznagas son plantas famosas por crecer en climas muy áridos y desérticos, sin embargo, su aspecto adornado con espinas las hacen más populares, incluso, algunos coleccionadores de flora llegan a pagar grandes cantidades de dinero por un ejemplar de estas especies.

Aunque no todas las cactáceas tienen espinas, la mayoría de ellas las posee en lugar de contar con hojas. El principal objetivo de las espinas es defender a estas plantas de los depredadores, pero sus funciones van más allá y algunas teorías botánicas aseguran que son parte de la evolución natural.

Debido a que los cactus y biznagas se desarrollan en climas con altas temperaturas, expertos del instituto español Real Jardín Botánico, aseguran que las espinas en realidad son hojas que se han modificado para perder la mínima cantidad de agua.

Todo responde a un mecanismo evolutivo en el cual los cactus no pueden darse el lujo de tener hojas que los hagan perder líquidos, por lo tanto respiran a través de sus tallos caracterizados por gruesos tejidos.

Por otro lado, la Universidad Veracruzana postula otras funciones de las espinas, por ejemplo, algunos cactus que están completamente cubiertos con espinas blancas se protegen del sol, ya que el color blanco sirve como reflejante de la luz.

En otras ocasiones, cuando existe agua suficiente para permitir a un cactus llevar a cabo su proceso de fotosíntesis, su tallo se expande para absorber agua, lo que permite que las espinas se separen un poco y permiten que la luz llegue a los tejidos. Si por el contrario, hay escasez de agua, la planta se deshidrata y su cuerpo se contrae, lo que provoca que las espinas se aproximen unas a otras para cubrir al cactus y proporcionarle sombra.

También hay casos en los que las espinas de algunos cactus son capaces de concentrar pequeñas gotitas agua proveniente de nieblas o vientos húmedos. Posteriormente a capturar esta agua, la escurren al cuerpo del cactus hasta que alcance la raíz, incluso, en especies que crecen en las planicies costeras desérticas de Chile y Perú, suele ser la única fuente de agua en varios años para estas especies.

No obstante, hay que recordar que no todos los ejemplares de cactáceas tienen espinas, algunas tienen una tipo de lana o pelo que las cubre o tienen su cuerpo desnudo, por lo que sus mecanismos de supervivencia son diferentes.

Lamentablemente, en la actualidad más del 30% de las especies de cactus y biznagas se encuentran en riesgo de extinción, de acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).

La causas de su extinción son la pérdida de su hábitat y sobreexplotación. Además, la mayoría de las cactáceas cuentan con un proceso reproductivo complicado. CONABIO estima que sólo una semilla en 13 millones puede llegar a establecerse y reproducirse.

Participar en la conservación de los cactus y biznagas es una prioridad, debido a que estas plantas son unas de las principales representantes de la biodiversidad en México, quien funge como hogar de 669 especímenes. Proteger nuestros recursos es conservar nuestra identidad.

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