El volcán Kilauea en la isla de Hawaii (Big Island) entró en erupción el 3 de mayo de 2018, luego de varios días de actividad sísmica incrementada. La erupción envió columnas de ceniza y humo al cielo que eran visibles desde el espacio y obligó a evacuar a miles de residentes en los vecindarios circundantes.
Kilauea es uno de los cinco volcanes en Big Island y ha estado en erupción continua desde 1983. Desde la erupción hace unas semanas, hubo alrededor de 2.250 terremotos y 20 fisuras, destruyendo docenas de casas y cerrando secciones enteras de la isla.
Ahora, una nueva amenaza se cierne cuando la lava se acerca a una gran planta de energía. La Puna Geothermal Venture (PGV) utiliza vapor desde el subsuelo hasta los generadores de turbina de potencia que proporcionan electricidad, que luego se vende a Hawaii Electric Light y alimenta la isla. Los pozos de la planta se han cerrado para evitar que los gases se filtren y se enfríen con agua fría para equilibrar la presión del vapor.
“Los socios federales, estatales y del condado han estado colaborando estrechamente para monitorear la situación y trabajar con PGV para garantizar la seguridad de las comunidades aledañas. Diez de los once pozos se han extinguido”, dijo la Defensa Civil del Condado de Hawaii en su sitio web. “Se están realizando esfuerzos para garantizar que el sitio sea seguro y la comunidad se mantenga segura”.
Sin signos de parar
Una segunda erupción más poderosa que la primera ocurrió el 17 de mayo y envió cenizas a 30,000 pies en el aire, de acuerdo con el Servicio Geológico de los EE. UU. La isla se encuentra actualmente bajo un aviso de alerta de “alerta roja”, una advertencia a los pilotos sobre el peligro de volar cerca de las columnas tóxicas de dióxido de azufre.

Después de varias erupciones más explosivas, la lava llegó al Océano Pacífico el 19 de mayo, creando un nuevo peligro para los residentes. Cuando la lava se mezcla con agua, se convierte en “holgazanear” (lava y neblina), que envía gas volcánico y ácido clorhídrico al aire. Los humos causan irritación en los pulmones, los ojos y la piel y pueden ser letales. Las autoridades han advertido a las personas que permanezcan adentro.
El USGS también advirtió a la gente sobre los proyectiles balísticos que disparan desde el volcán. “En cualquier momento, la actividad puede volverse más explosiva, aumentando la intensidad de la producción de ceniza y produciendo proyectiles balísticos muy cerca del respiradero”, indicó el sitio web de la agencia. Un hombre resultó gravemente herido cuando un proyectil lo golpeó en la pierna, informa CNN. Es la primera lesión grave reportada desde la erupción inicial.
Ya sea mirando el humo y la lava desde el cielo o la tierra, es evidente a partir de estas imágenes que el volcán ha dejado un amplio camino de destrucción. No muestra signos de desaceleración.