El aire que respiramos está compuesto por un 21% de oxígeno que es necesario para la vida y el resto son otros gases entre los cuales están los que son producidos por la combustión de vehículos que son perjudiciales para la salud. En ciudades en las que hay una alta afluencia de tráfico, la concentración de estos gases es mayor por lo cual se generan escenarios muy perjudiciales para los viandantes y para los ciclistas.
Cuando hacemos ejercicio el organismo requiere mayor cantidad de oxígeno, por lo que es necesario respirar mayor volumen de aire de manera que se introducen más los contaminantes en los pulmones. Los días de mucha contaminación, la acumulación de toxinas perjudiciales es mayor por lo que se ensucian más rápido los pulmones.
Al realizar cualquier deporte bajo estas condiciones, también disminuirá el rendimiento, ya que el monóxido de carbono entra en la sangre ocupando el lugar del oxígeno en la hemoglobina, dejando que llegue menos oxígeno a los músculos. Estas condiciones pueden provocar a mayores, sensaciones de ahogo, náuseas o irritación en los ojos.
Es por ello que el uso de la bicicleta, siendo una actividad saludable puede suponer un gran riesgo a los propios ciclistas debido a que estos se encuentran próximos a las fuentes de contaminación y que sus tasas de respiración son de 2 a 3 veces superiores a las de los peatones, favoreciendo la inhalación de contaminantes.
A razón de estos problemas, el proyecto Life+Respira pretende demostrar que a través de las nuevas tecnologías y las medidas de planificación como la promoción de la movilidad sostenible y el uso de la bicicleta. Para alcanzar estos objetivos se quiere cuantificar los contaminantes que afectan a los ciclistas urbanos; la eficacia de la aplicación de tecnologías en condiciones reales; demostrar que los sistemas de planificación urbana contribuyen a la reducción de contaminantes; desarrollar un modelo matemático que controle la calidad del aire; planificar rutas ciclistas más saludables; implicar a la ciudadanía en el proyecto y fomentar iniciativas que favorezcan un entorno más saludable.
De esta manera es posible mejorar la calidad del aire y reducir la contaminación atmosférica. Gracias a la implicación social en el desarrollo del proyecto se quiere llegar a través de un equipo de voluntariado ciclista a la ciudadanía como motor e impulso de este proyecto, siendo a su vez la misma beneficiaria de los resultados.